Alejandro Guevara, hambre en zona de guerra
ESCENARIO POLÍTICO
Por Marco Antonio Torres De León
Los arrancones, aceleres y amagues en pos de la gubernatura de Tamaulipas están a la orden del día.
Y aunque técnicamente no hubo voz oficial que diera la voz de arranque, la carrera en pos de la candidatura a gobernador de Tamaulipas ya inició.
El mantense ALEJANDRO GUEVARA COBOS aprovechó los vericuetos existentes, aunque provengan de sucesos infaustos desde su fondo, como por ejemplo, la visita de Enrique Peña Nieto a Tampico a causa de la violencia, y coyunturalmente, por ser 1 de junio, día de la Marina.
Hábilmente Alejandro Guevara Cobos traspasó los linderos de lo políticamente correcto permitido; y cínicamente le ganó la carrera de llegada al recinto al propio presidente Peña Nieto, quien -una hora y media después que llegó Alejandro Guevara- habría de reunirse con empresarios, industriales, plutócratas, jerarcas, terratenientes, comerciantes, y en síntesis, con toda la clase política y social del sur tamaulipeco.
El evento se celebró en un conocido salón tampiqueño.
Este acto ocurrió el 1 de junio, día de la Marina, mismo día cuando miles de tampiqueños y maderenses fueron a la playa y a las escolleras para ver pasar al presidente en la nave marítima desde lejos, y para recordarle a gritos su omisión y su apatía ante hechos de violencia en el puerto tan cotidianos y normales.
La violencia tiene aterrados a los porteños.
Una paranoia cruel los persigue día y noche como pavoroso fantasma. Y francamente se sienten actores de reparto de un cotidiano drama ocurrido allá llamado plata o plomo, llamado violencia y muerte, y del cuál se sienten rehenes.
Pero en medio del trágico escenario, y contra lo que dicta la lógica y el buen sentido, créalo, Alejandro Guevara Cobos se placeó con total desparpajo y desfachatez, ignorando el problema de fondo por el que atraviesan, con todo y sus riquezas a cuestas, los ricos empresarios, virreyes e industriales tampiqueños.
Muchos de los cuáles han tenido que poner pies en polvorosa, yéndose a radicar a San Antonio Texas, pues solo así impiden ser agujereados como cedazo cribador.
Incluso hubo locos de amor y pasión falaz, vacua y repentina -esos que buscan a toda costa ser jilguerillos floripondios de campañas electorales cada seis años – que osaron apodar al mantense ‘El comandante Guevara’.
Es evidente que no lo conocen.
Como si ser pervertidor de menores fuera gracia, como si drogar y alcoholizar a chicas menores de edad en sus inolvidables noches locas de pasión fuera causa de fiesta.
Ahora bien, hubo sucesos que a la vista de los conocedores no pasó inadvertidos pues comprobaron una especie de recelo y animadversión contra Alejandro Guevara Cobos.
Y algunos políticos valerosos presentes en el acto de ningún modo iban a desaprovechar.
Siendo esa tarde VIP una ocasión especial no se darían el lujo de pasar por alto la oportunidad.
Nos referimos al desprecio que le preparaban al mantense.
Muchos no se tomaron la molestia de ponerse de pie para saludar a Alejandro Guevara Cobos. Y en este grupo de rebeldes, destacaron dos, un hombre y una mujer, candidateables ambos, Amira Gómez Tueme y Marco Antonio Bernal Gutiérrez.
Aún y cuando Alejandro fue de mesa en mesa entre los invitados auto publicitandose, ellos guardaron la compostura con sobriedad, sin pizca alguna de hipocresía que tanto daño hace a los pueblos.
Ambos se negaron a cantar loores al jefe de giras de Enrique Peña Nieto, como muchos acomodaticios sí lo hicieron, gozosos y bailadores en fiestas ajenas, de corta visión.
Existen fotografías donde se evidenció el desprecio que Amira Gómez Tueme siente por el mantense, pues mientras éste charla a sus espaldas con Enrique Cárdenas del Avellano, quien por su parte ya perdido va a todas, la reynosense agacha su cabeza y voltea su rostro a otro lado.
La dama se desentiende totalmente de la escena.
Amira da la espalda al jefe de giras del presidente y hace como que lee el menú, aunque en realidad, quiere desaparecer del sitio, que parece ser el epicentro del sismo político.
Marco Antonio Bernal Gutiérrez por su parte, sentado a la misma mesa, hace lo mismo.
Incluso se detecta cómo el fotógrafo oficial de Alejandro Guevara Cobos (no de Enrique Peña Nieto) procede retadora y groseramente contra algunos invitados del presidente, incomodando con los flashazos en sus rostros.
Ofensivamente los fotógrafos amagan con tomarles imágenes a Alejandro Guevara, pero lo que hacen es tomarle a ellos. Evidentemente haciéndolos sentir mal.
Lo más decepcionante del caso fue el oportunismo del mantense, quien debió informarse la delicada temática que iba a tratarse en el evento, la violencia callejera que aterra a todos los porteños de todos los estratos socio económicos.
Aparentemente Alejandro Guevara Cobos fue por su dotación diaria de egolatría; pero se indigestó.
Otro político aspirante a gobernador con quien Alejandro Guevara fue a saludarse es Homero de la Garza Tamez, actual titular de Sedesol.
Diódoro Guerra, alguna vez aspirante a gobernador de Tamaulipas y actual secretario de Educación en Tamaulipas, también se saludó con el mantense.
Baltazar Hinojosa Ochoa hizo lo mismo.
Homero de la Garza, aparentemente el delfín del gobernador Egidio Torre Cantú, se comportó a la altura charlando con el mantense durante algunos minutos.
Pero el director de sedesol no quiso exponerse demasiado ni quiso ser objeto de cuchicheos entre la asistencia VIP.
En pocas palabras no siguió el juego al oportunista Alejandro.
La altura política la demostró Baltazar Hinojosa Ochoa, quien conserva su nivel elevado de gran político, de gran señor, factor que lo ubica por encima de la mayoría de los aspirantes a gobernar Tamaulipas, incluso sobre Alejandro Guevara Cobos.
Marco Antonio Bernal también es un aspirante a la gubernatura.
Pero permaneció discreto sentado en su mesa.
En asuntos locales, aquí en Mante la inercia está llevando a los protagonistas a pisar campos de guerra minados, insalvables, difíciles, esto de cara al proceso federal del sexto distrito ya en puerta.
Se dan retortijones unos y otros. Y comienza la medición de fuerzas.
Por desgracia algunos se pelean contra el papá de los pollitos.
Y actuando sin humildad, dejan que sus seguidores arrojen golpes contra el alcalde, aún con argumentos falsos, poniendo en riesgo la unidad del PRI.
Carlos Sánchez Vega por su parte, se ve obligado a dar la cara y comienza a representar con más firmeza al grupo político cuyo padre moral fue el extinto Humberto Flores Dewey.
Este grupo conserva su dominio y empatía en el electorado.
Se da cuenta Carlos Sánchez, gerente de Comapa, de que era urgente asumir el liderazgo del grupo político del ex alcalde fallecido en diciembre de 2013, pues erróneamente cedió el lugar principal a la diputada federal Rosalba de la Cruz Requena, quien ciertamente tiene buenas intenciones, mas no el carácter para ejercer política de calle, a ras de tierra.
Difícilmente la dama le entiende al negocio, pues quizás tenga un perfil inocente, bienintencionado, pero no malicioso.
Lo cual a estas alturas viene a significar más desventajas que ventajas.
Nadie olvida aquella trampa en que la metió el presidente del PRI municipal RIGOBERTO RODRÍGUEZ RANGEL, quien ‘aprovechó’ el hecho de que la diputada federal fue al PRI -por pura coincidencia- a dejarle regalos a la niñez. Y estando ahí, justo en el lugar y hora correcta, osó invitarla a ocupar un sitio principal en el templete.
Cuando ni Rigoberto Rodríguez ni su jefe de prensa Pablo Hernández le corrieron al alcalde PABLO GONZÁLEZ LEÓN la cortesía; vamos, ni siquiera a él.
Mal se vieron todos con una grave descortesía del tamaño del mundo. Descortesía de tan mal aguero, como el destino negro del barco Titanic.
Carlos Sánchez Vega por su parte, salió presuroso de la trampa en la que Rigoberto Rodríguez pretendió meterlo en sus primeros dos meses de dirigente del PRI al darle a entender -veladamente- a la clase política mantense que todos son un frente común contra Pablo González León.
¿Habráse visto tan grave despropósito y falta?
Pues sí, se vió aquí.
Por su parte, Pablo González León se dedica con ahínco a trabajar, sin reposo, sin tregua, y omite las faltas de respeto en su contra, como lo hacen los príncipes
Pero ayer hubo un detalle digno de resaltar: nuevamente Pablo González León no acudió al PRI a la toma de protesta de su ahijado político Gerardo Ponce Pérez.
Es ahí donde se demuestra que Rigoberto Rodríguez está batallando para convencer al más importante personaje del distrito, no solo del municipio, a Pablo González León.
Mientras por su parte Rosalba de la Cruz Requena no quiere ni recordar aquella pifia que la hizo verse mal, chamaqueada.
Pero mientras medio mundo arrebata y arroja manotazos al viento queriendo derrumbar a su enemigo, al objeto de sus pesadillas, un político mantense destaca con brillo especial, es José Reyes Guevara Servín, titular de Sedesol en Mante.
Reyes Guevara Servín demuestra que es con humildad y con trabajo fuerte e incansable como se rompen los obstáculos y los impedimentos. Y no con trampas.
Mientras todo esto ocurre, hay un mílite (militante) del PRI de Rigoberto Rodríguez que como era de esperarse empieza a hacer ‘ronchita’ desde temprano gracias a la inasistencia a los eventos del PRI de columnistas y comentaristas políticos.
Y es preferible para él que los comentaristas políticos no acudan pues ese simple hecho equivale a dinero que va a dar a la bolsa del ahorro.
Dicho en otras palabras, que pena que practiquen el vergonzoso auto robo. Pues lo que estaba destinado a gastarse, optan por retenerlo y reciclarlo entre ellos mismos.
El plan estratégico es aparentemente escamotear todo, desde dinero, cortesía, saludos y centavitos, aunque la imagen del moderno Chanoc del tiempo actual y sus arrobadores ojos verdes, vayan en caída libre día a día, como cae la bolsa mexicana de valores.
Falta que las decisiones más importantes del moderno PRI sean tomadas al grito unánime de ! Salud ! seguido del involuntario hic, hic, hic (hipo).
Bien, pero por ahora es todo, nos leeremos en breve.