Estado

Egidio Torre Cantú, el Depredador de Tamaulipas

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Cayó Fausto Vallejo; Tamaulipas exige pida licencia el Gobernador de Tamaulipas para ser investigado por sus vinculos con el CO
Por: Mauricio Fernández Díaz

El Estado de Tamaulipas se encuentra sumido en una gravísima crisis institucional, constitucional y por ende, política y administrativa.

El quebranto institucional del estado de Tamaulipas, generado en primera instancia por la impericia y dolosa actitud gubernamental para resolver una compleja problemática es tan inocultable, tan profunda ya que el gobierno federal hubo de quitarle de facto el mando al gobernador para dejarlo eran manos de las fuerzas armadas, quienes hoy mandan en Tamaulipas a través de los 4 comisionados para la seguridad enviados por la federación para salvaguardar la integridad de los tamaulipecos y combatir al crimen organizado.
Durante 3 años y medio el gobierno se empeño en negar el evidente y progresivo deterioro del tejido social, tumefacto ya por la invasión paulatina del CO.

A punta de plomo y billetes infiltró a los tres poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) con la anuencia y complicidad de las autoridades, erigiéndose como un gobierno metaconstitucional, alterno, contra el cual no pudo o no quiso luchar el Gobernador, optando por el fácil expediente de no ver, no oir, no hablar, como si negando los hechos fuera a desaparecer tan grave problema.
En Tamaulipas se quebrantó completamente el orden constitucional, a grado tal que en muchos municipios los presidentes y diputados fueron impuestos por este poder fáctico, con las consiguientes consecuencias de quiebra en la economía municipal y ciudadana.

Egidio Torre Cantú jamás ignoró esta situación; los candidatos a puestos de elección popular que no eran del agrado del poder alterno eran intimidados para retirarse de la contienda o bien ejecutados, en tanto su Gabinete, principalmente el Coordinador de Comunicación Social Guillermo Martínez, el Secretario General de Gobierno Herminio Garza Palacios, la sub Secretaria General de Gobierno Guadalupe Flores, el entonces Presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado, hoy presidente municipal de Victoria Alejandro Etienne Llanos, el ex Procurador de Justicia en el Estado Bolívar Hernández Garza y obviamente el actual, Ismael Quintanilla, si bien conocían perfectamente los hechos, guardaron cómplice silencio, haciendo coro a la falaz frase acuñada por Guillermo Martínez y utilizada reiteradamente por Egidio Torre Cantú “En Tamaulipas no pasa nada”

A pesar de la irritación social manifestada a través de las redes sociales, de la enorme presión ejercida por la clase empresarial para que el Gobernador pidiera el auxilio de la Federación, éste se negó rotundamente para no demostrar debilidad ante el Presidente Peña Nieto y su Gabinete; esta desafortunada e irresponsable decisión tuvo sangrientas, brutales consecuencias; Tamaulipas paso a ser el estado con el mayor índice nacional en asesinatos, extorsiones, secuestros y ejecuciones.

Esta irresponsable actitud llevó al Estado a un punto de quiebre del que será muy difícil regresar; la irrupción del Gobierno Federal se antoja tardío, desfasado, pero arroja el único haz de luz en la noche púrpura por la que atraviesa nuestro estado.

La responsabilidad del gobernador por el hecho de que Tamaulipas se encuentre sumido en esta interminable noche de terror es ineludible; sin embargo, la sociedad no se conforma con que el juicio de la historia ubique al gobernador en el basurero adonde han ido a parar tantos políticos. Exige justicia hoy, ahora; sus presuntos vínculos con el CO son tan obvios que la federación debe exigir se separe de su cargo con el fin de poder investigarlo como a cualquier ciudadano común y corriente.

El daño está hecho, nuestro estado deshecho y los responsables pasean su impunidad por todo el territorio en espera de terminar su administración y poder irse lejos de México a disfruta una fortuna amasada con la sangre de muchos inocentes ciudadanos.

¿En verdad dejara Peña Nieto que esto suceda?

¿O tendemos la fortuna de los michoacanos que por fin se libraron del Gobernador Fausto Vallejo vía una licencia por “enfermedad”?

Los tamaulipecos deseamos la paz, vivir con tranquilidad, poder sacudirnos este paralizante miedo…si la federación en realidad desea limpiar Tamaulipas, debe empezar por quitar a quienes la ensuciaron y continúan haciéndolo…Egidio Torre Cantú y los miembros de su gabinete que resulten corresponsables de este profundo agravio cometido contra el pueblo de Tamaulipas

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