Explotación…
CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Con un pie de los empresarios en el pescuezo y otro del gobierno federal que por hacer muy poco, y a veces nada, se gasta el dinero que producen con el sudor de su frente, millones y millones de trabajadores desfilaron por las calles de las principales ciudades del país.
Las pancartas no dejaron lugar a dudas, hay desesperanza, urge ganar más y pagar menos impuestos, necesitan mejor atención médica, más apoyos a la productividad, e incluso marcan que es necesario la atención inmediata a diferentes problemas sociales.
Más aún, hay inconformidad contra las autoridades de cientos de municipios del país, también contra algunos gobernadores y por supuesto contra Diputados, Senadores, y elPpresidente de la República por no saber dirigir al país con más habilidad e inteligencia.
Ser trabajador hace algunos años significaba salir de la pobreza, tener suficiente para mandar a los niños a la escuela, atenderlos si se enfermaban, y muchas veces hasta para llevarlos de vacaciones una o dos veces por año, hoy, el ser trabajador está empobreciendo a muchos obreros, saturándolos de deudas porque con el salario que ganan no les es suficiente para cubrir todas las necesidades de sus familia, en pocas palabras, ocurre que el trabajador está sacrificando su vida inútilmente ya que nadie se preocupa por hacer que su sueldo cumpla con lo que dice la Constitución y le dé una vida digna.
Se equivoca si piensa que le hablo solamente de los obreros, de los trabajadores eventuales, de los jornaleros como se les dice comúnmente, no, el salario que ganan muchos maestros los está llevando a la pobreza, algunos de ellos reciben cheques casi en ceros porque tienen deudas que pagan vía nómina y así tienen que hacer otros trabajos por las tardes, a veces hasta por las noches, y la calidad educativa baja, se derrumba.
Desde luego que hay gobiernos en los Estados que ya vieron la situación, en Tamaulipas, por ejemplo, se diseñó un programa para que algunas deudas del maestros sean tratadas de mejor manera por la banca, a más largo plazo, con menos intereses, y de esa manera darles más dinero en sus quincenas a los profesores, se hizo un esfuerzo que no tiene precedente pero falta cubrir otros puntos.
A lo que vamos es a que el trabajar esta empobreciendo, que nunca como hoy un trabajador, e incluso muchos profesionistas, se sienten más desprotegido, con mayores preocupaciones por el futuro, con la intranquilidad de cómo será su vida de jubilados o pensionados.
Vaya, son tantos los problemas de los trabajadores que por primera vez los vimos protestando contra algunos alcaldes como sucedió en San Fernando, aquí en Tamaulipas, e incluso tratando de agredir físicamente a un gobernador como ocurrió en Michoacán.
Hay, desde luego, muchos pendientes que se tienen con la clase trabajadora, quizá son tiempos de desaparecer el llamado salario mínimo por inconstitucional, también de revisar la calidad de vida de los obreros y de los profesionistas para ver que se puede hacer por ellos.
No, no es un problema menor, muchos de esos trabajadores pueden irse a la delincuencia, pueden engrosar las filas de la pobreza que luego genera otras dificultades, y eso si tiene un costo muy alto para todos, más para el gobierno porque le obligará a corto plazo a distraer recursos que mucho se necesitan en otros rubros.
Hoy la clase trabajadora dio su grito de auxilio, se quejó de que viven en la explotación, ahora le toca a las autoridades, a los empresarios, atenderlos, comprender que son ellos lo principal de cada actividad, el activo más importante de cada negocio, de cada oficina, de cada tarea.
También les toca entender que el llamado de auxilio está hecho y lo que sigue, en caso de ignorarlos, a nadie le va a gustar, a nadie.
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