El 20 de diciembre del 2010 Tamaulipas fue noticia nacional e internacional.
A 151 reos del fuero federal que purgaban condenas en el penal de Nuevo Laredo les tomó hora y media para escapar por la puerta principal del reclusorio.
De acuerdo con una fuente no oficial, la llegada de Efraín Hernández Llanas como director del centro penitenciario en Nuevo Laredo, ese pasado el 10 de noviembre, era clave para realizar la acción.
“La llegada del abogado penalista Efraín Hernández era necesaria para poder ejecutar la fuga, debido a que fue concentrando en una sola sección a todos los que se iban a ir”, de acuerdo con la fuente.
“Salieron por la puerta de servicio, ubicada en la parte trasera, en un camión escolar amarillo y una camioneta Van que estaban en reparación desde que llegó el director del penal”, dijo una de las fuentes consultadas.
Otras fuentes refieren que fueron dos viajes, y que la fuga tardó más de dos horas en realizarse y se efectuó a plena luz del día, entre las 16:00 y las 18:00 horas del jueves, en las postrimerías del gobierno de Eugenio Hernández Flores.
Hernández Llanas, un abogado que defendía casos penales del fuero federal, fue designado para ese cargo por el Director de los Centros de Ejecución de Sanciones de Tamaulipas, Horacio Sepúlveda Acosta.
El nombramiento de Hernández Llanas contó con la aprobación del entonces Secretario de Seguridad Pública, Antonio Garza García, pues el 10 de noviembre pasado, cuando se nombró a Hernández Llanas, Garza García ya tenía dos meses como Secretario de Seguridad Pública.
Se presume que el penalista huyo junto con los reos, ya que a pesar de que se giró orden de localización y presentación contra el ex director del penal, Efraín Hernández Llanas, y cuatro funcionarios del penal involucrados en la evasión de presos, estos jamás fueron encontrados.
No es hasta hoy, a cuatro años de la espectacular fuga, que Hernandez Llanas vuelve a dar con total impunidad la cara, litigando casos de bajó perfil.
Los jueces y agentes del ministerio público saben perfectamente quien es, y muchos de ellos por temor, complicidad o amistad lo ayudan a ganar litigios afectando a personas a quienes les asiste la razón pero son despojados de sus bienes y conculcados en sus derechos por un individuo que debería estar purgando una muy larga condena por asociación delictuosa, fuga de reos, colusion de servidores públicos para delinquir más los que le resulten.
