NacionalOpinión con sentidoPolítica

La Comuna

La dislexia de Xóchitl

José Ángel Solorio Martínez

Ese AMLO, es un loquillo. Toda estrategia política que traza, le sale a pedir de boca. Desde que encandiló a la oposición para que postularan a Xóchitl Gálvez como candidata a la presidencia, hasta la incorporación del candidato presidencial del partido Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez (MC), para evitar la polarización –ir el bloque de MORENA, contra la coalición encabezada por el PAN–. Se notó en el debate. Independientemente de quién ganó la batalla retórica mal organizada por el Instituto Nacional Electoral (INE), lo relevante y trascendente es percibir los cambios políticos que ese evento generó en el escenario político nacional. Enumeremos:

1.- La candidata de la coalición MORENA-Verde- PT, Claudia Sheinbaum, consolida la percepción dada por las encuestas hasta hoy: va sola, sin que nadie le haga sombra, hacia la presidencia de la república. El poderoso liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador, –decenas de veces la ha protegido desde la Mañanera, que se ha convertido en el contrapeso de la ola mediática del conservadurismo– la ha blindado consistentemente. Las críticas de la aspirante panista y el candidato naranja, no le quitaron ni una pluma. Yo vi menos amplio el triunfo de #esClaudia; pero los más objetivos encuestadores, dieron a la ex jefa de gobierno de la CDMX, una ventaja de más de 25 puntos por su desempeño en el debate. Y le dieron duro a Sheinbaum. Incluso, Gálvez sacó de la chistera algunas falsedades exageradas para debilitar a la morenista; al parecer y al decir de los números finales, no lo logró. Claudia, se manejó como mujer de Estado; Xóchitl y el emeceísta, se dejaron ver como ocurrentes ciudadanos y entes políticos sin sustancia y sin sustento.

2.- Gálvez siguió en su descenso continuo y acelerado. Hizo lo que se esperaba: exhibir su dislexia política; mochaba frases, confundía ideas, volteaba imágenes y en ocasiones hasta transpiraba terror, ante la mirada escrutadora del auditorio. Intentó sofocones efectistas y no lo logró. Lanzó dos o tres chascarrillos, sin impactar a los auditorios. La retícula neuronal de la candidata panista, no le alcanza para sobresalir y sobrevivir a los debates; por una razón: su pensamiento es desarticulado, la agobia la presión del público –ha ocurrido en muchos de sus mítines–, y posee un arsenal discursivo tan pobre como su armadura cultural. (Confío en no verme misógino. Sólo comento lo que vi). Ahora sí: quedó claro, que fue un error de la cúpula del conservadurismo mexicano, lanzar a Xóchitl contra la científica y ahora política de primer nivel, Sheinbaum Pardo. Hasta la élite mediática –mayoritariamente derechista–, reconoció la mala actuación de Gálvez en el debate. El debate, no es lo de Xóchitl. Los más saludable para ella, es alejarse de esa hoguera que la quema.

3.- El aspirante naranja, se vio en su papel: confrontar a la candidata del PAN. Se notó su trabajo previo: estudió para bajar del segundo lugar a Xóchitl. No lo logró, pero sí remontó algunos puntitos que redundará en el debilitamiento del movimiento reaccionario que encabeza la exitosa empresaria de la industria gelatinosa nacional. No necesitará hacer campaña: con sólo presentarse a los debates –se esperan dos más– seguirá sumando adeptos y erosionando a la señora X. No lo está haciendo tan bien como lo hubiera hecho Samuel García –de haber llegado a la candidatura presidencial–, pero ahí la lleva. De igual forma, Álvarez Maynez, no llevará al MC tantos diputados y senadores como habría llevado Samuel, pero cada legislador que obtenga, será uno menos que se llevará a la bolsa, el PRIAN. Y eso, es concreto armado para la construcción del Segundo Piso de la IV T. En resumen: todo se ajustó al libreto escrito por cabecita de algodón que sigue pícaramente, metiéndole goles a la derecha conservadora.

Notas relacionadas

Botón volver arriba