Preparatorias en Tamaulipas fábrica de malos estudiantes
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
La reforma de Carbonell
La semana pasada dos importantes rotativos victorense publicaron la columna «Universidades» del joven jurista, profesor-investigador, articulista en revistas científicas y periódicos nacionales y abogado por la UNAM, Miguel Carbonell Sánchez, (n 1971).
Carbonell, distinguido con reconocimientos como el ‘Premio Anual de Investigación Jurídica Ignacio Manuel Altamirano’ y el Premio ‘Universidad Nacional para Jóvenes Académicos’ es doctor en Derecho por la Universidad Complutense.
Miguel Carbonell como se le conoce en el mundo de la academia, es toda una autoridad en las ciencias del derecho, además es conferencista a nivel internacional, escritor y traductor; habla con fluidez español, italiano e inglés.
En su columna «La siguiente Reforma Educativa», introduce al lector sobre la educación universitaria actual y propone, sin decirlo así, que debiera haber una modificación al esquema educativo, puesto que a nivel mundial el nombre de México no aparece entre las 100 mejores universidades.
Reconoce el investigador mexicano, que son tres universidades mexicanas las más destacadas por su investigación y difusión: La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN), en ése orden.
La propuesta que Miguel Carbonell hace a la educación universitaria en México se centra en tres ejes:
1. Examen Único Nacional de Ingreso. Su aplicación permitiría: por un lado, evaluar el nivel de aprendizaje de los bachilleres; Por otro, «Los mejores estudiantes podrían escoger la universidad donde quisieran realizar su licenciatura.
El problema, bajo el punto de vista de quien esto escribe, es que las escuelas preparatorias y las mismas universidades no están homologadas en sus planes de estudio, por lo tanto la aplicación de un examen único sería muy subjetivo, por no decir erróneo.
La historia de Tamaulipas registra que el rector Humberto Filizola Haces intentó unificar el plan de estudios de sus preparatorias, pero algunas incorporadas, recurrieron al amparo judicial y hasta la fecha usted ve anunciadas preparatorias de dos años.
¿Cómo andará el país en este sentido?, recuerde que tenemos: Las preparatorias generales, Centro de Bachillerato Técnico y de Servicios (CBTyS), Centro de Bachillerato Técnico Agropecuario (CBTA), los Colegios de Bachilleres, el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (CONALEP)… solo por mencionar algunos.
2. Carbonell propone un «Agresivo Programa de Becas» la propuesta es sana y muy halagadora para ‘la raza’, además, habla el jurista de un semestre de intercambio de los estudiantes. Habla de créditos educativos.
La idea no es mala. En Tamaulipas se fundó el Instituto Tamaulipeco de Crédito Educativo y sigue funcionando… con números rojos. Porque a los estudiantes beneficiados con créditos para hacer y concluir sus estudios en un buen número se niega a pagar.
En relación a la movilidad estudiantil y de docentes ‘Chema’ Leal Gutiérrez siguió el camino de su antecesor en la rectoría, de tal forma que la UAT ha estado en Europa y Sudamérica.
3. La Vinculación Estrecha con los Productores. Dice Carbonell «Debemos modificar el anticuado esquema del Servicio Social obligatorio que se presta para tantas farsas y pérdida de tiempo para emprender un movimiento de vinculación con las empresas…»
Lamentablemente la realidad es que hasta el año pasado, la vinculación de los que producen con la universidad es poco efectiva. Las acreditaciones y certificaciones rayan en la farsa en este renglón porque muchos industriales tienen que capacitar a los nuevos empleados cuando la universidad no responde a las necesidades de la producción.
En otras palabras, las universidades no preparan a los estudiantes en lo que requiere la industria que me diga. Es cierto que hay planes y programas de estudio, pero fueron diseñados apegados a los libros de texto, a la teoría, no a las necesidades para producir.
«No hay razón para negarnos esa oportunidad de excelencia. Para ello debemos emprender profundas reformas, como las tres que se mencionan. Ojalá no nos tardemos mucho en hacerlas realidad» termina su columna Miguel Carbonell, ése teórico soñador que espera «La Siguiente Reforma Educativa».
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com