Madama de Sullivan: antes, rodeada de poderosos; ahora, en la cárcel por trata
María Alejandra Gil Cuervo, una de las ‘madrotas’ más poderosas de la calle de Sullivan -conocida en la ciudad de México por ser centro de la prostitución-, ha estado en Los Pinos, en el Senado de la República y ahora está en la cárcel.
La mujer dirigía la Asociación Civil “Pro Apoyo a Servidores” (Aproase), la cual utilizaba para tapar sus actividades ilícitas.
Gil Cuervo fue detenida por elementos de la Procuraduría de Justicia del DF, el 12 de febrero cuando se encontraba en sus oficinas ubicadas sobre Circuito Interior, en la colonia Cuauhtémoc.
Previamente, Gil Cuervo organizó protestas públicas con el grupo de sexoservidoras que dirigía, para exigir a las autoridades el cese de operativos contra la trata de personas, además de que pedían que les permitieran ejercer su oficio libremente.
Según el testimonio de dos víctimas, Alejandra coordinaba aproximadamente a 200 mujeres que se prostituían en varias esquinas de la avenida James E. Sullivan, en la colonia Cuauhtémoc.
Testimonios asentados en el expediente 364/2013, por lo que Alejandra Gil fue encarcelada, señalan que ella y su grupo de tratantes ganaban hasta 300 mil pesos diarios.
“Me dejaban con 200 pesos para que comiera y pagara la lavandería y mi transporte de la calle Arista a Sullivan”, relató una de las prostitutas.
Según la Procuraduría capitalina, Alejandra Gil y su hijo -quien también fue detenido- recaudaban el dinero y servían como enlace con los gerentes de los hoteles.
De acuerdo con el diario Reforma, Alejandra Gil recibió recursos del gobierno federal y del DF por más de un millón de pesos para la asociación que fundó.
El 7 de abril de 2005, la madama dio de alta la Asociación en Pro Apoyo a Servidores, A. C. (Aproase), la cual participó en ocho proyectos, entre 2009 y 2012, con 4 dependencias.
En 2009, formó parte del programa Prevención Focalizada de la Transmisión del VIH/SIDA, que tiene a su cargo el Censida, que depende de la Secretaría de Salud (Ssa), por lo que recibió apoyos por más de 600 mil pesos.
En 2010, logró recursos gubernamentales por 172 mil 642 pesos en la convocatoria pública 5 de Censida para Prevención Focalizada de la Transmisión del VIH/SIDA y otras ITS.
En 2011 ganó 2 convocatorias también de Censida para el Fortalecimiento de la Respuesta en Prevención de la Sociedad Civil ante el VIH-SIDA por 229 mil 800 y por 40 mil pesos, respectivamente.
La organización recibió también, del Instituto Nacional de Desarrollo Social, 88 mil pesos para una campaña de sensibilización para la prevención del Virus de Papiloma Humano entre madres y padres de familia beneficiarios del Programa de Estancias Infantiles de la Delegación Miguel Hidalgo.
Además, según el diario Reforma, la Secretaría de Desarrollo Social del DF le otorgó a la líder de la AC financiamiento de un programa de integración social.
La madama ha estado rodeada, pues, del poder.
El 13 de marzo de 2013 estuvo en la presentación del Seguro de Vida para Jefas de Familia, en Los Pinos (como se observa en esta foto). Previamente, en 2012, participó en un Foro organizado por la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia contra las Mujeres, de la Secretaría de Gobernación (Segob).
De acuerdo con Milenio Diario, Alejandra también estuvo en el Senado de la República, donde en 2013 cabildeó abiertamente las reformas a la Ley General de Protección a Víctimas.
Dávila también acudió en mayo de 2013 a opinar como “experta” sobre los contenidos de reformas a la ley antitrata.
En el recinto senatorial, Gil Cuervo declaró: “He salvado a muchas compañeras de que los clientes las maten… ahora si tenemos un cinturón de seguridad, soy madrota tratante, la peor. Si estar con una compañera en su centro de trabajo me quieren decir madrota, lo acepto”.
Además, colaboraba en talleres sobre VIH, trabajo sexual y derechos humanos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
En su cuenta de Facebook incluso presumió una fotografía con el ombudsman Raúl Plascencia, tomada el 13 de marzo en un acto de la Sedesol en Los Pinos.
En menos de un año la vida le dio un vuelco, y ahora está en la cárcel.