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Las protestas contra Maduro

Nicolas maduro Presidente de Venezuela
Nicolas maduro Presidente de Venezuela

Cuestión Pública

Por: luis lauro carrillo Soto

Tamaulipas México.- Cuando los políticos acceden al poder por el azar o por herencia política. Cuando la demagogia, la injuria y descalificación se apropian del discurso oficial; Cuando las ofensas se vuelven violentas y mortales entre contendientes políticos, Cuando se vuelve común el desprecio por el que piensa diferente; se puede decir, que una sociedad democrática está colapsada.

Viene a cuento lo anterior por la ola de protestas en contra del presidente Nicolás Maduro que en los últimos días han sacudido a Venezuela, un gobierno que se autocalifica de democrático pero que en los hechos opera como dictadura, hoy con la represión sangrienta se observa que está caminando hacia la ruptura y como consecuencia a la destrucción económica, política y social de ese país.

Cabe decir que el sucesor y heredero de Hugo Chávez carece de la visión, de la astucia y del carisma de su predecesor, con excepción de su capacidad para interpretar el gorjeo de los pájaros, en esa tesitura ninguna de sus acciones contiene prospectiva, futuro o proyecto de nación.

De ahí que toda su voluntad está enfocada en demostrar a sus adversarios que no podrán con él, que es más poderoso que ellos, que los atacará con más furia, como el Comandante Chávez lo hubiera querido, inclusive con el riesgo de desatar la violencia como así aconteció, que cobró ya la vida de 6 manifestantes cuatro opositores y dos oficialistas, decenas de heridos y detención de líderes opositores.

Al efecto Amnistía Internacional reveló «que las fuerzas de seguridad hicieron uso de fuerza excesiva, incluidas armas de fuego» y que hubo actos violentos contra manifestantes «por parte de civiles armados, al parecer perpetrados con consentimiento de fuerzas de seguridad».

De tal suerte que Maduro se escuda en el hecho de que la oposición, con apoyo de Estados Unidos, busca repetir el sangriento golpe de Estado que sacó brevemente del poder a su fallecido mentor Hugo Chávez en el 2002. En cambio el líder opositor Leopoldo López ahora detenido demanda la revocación del mandato de Maduro mediante un referéndum, permitido por la Constitución.

Al margen del desprecio y discriminación del presidente a la oposición venezolana esta ha incurrido en muchos errores, como aquel golpe de Estado fallido, así como el desinterés por la política chavista consistente en la inclusión del diálogo a importantes y significativos sectores de la sociedad venezolana. Dejándose manipular por el ala conservadora de los más los radicales de extrema derecha.

Por otro lado entre los opositores y chavistas que no son maduristas, hay muchos hombres y mujeres que aspiran a tener una Venezuela más justa, menos clasista y menos discriminatoria. Que combata la pobreza y la desigualdad, promueva las libertades, la apertura a los puntos de vista diferentes, el aprecio por la tolerancia como un valor fundamental para una sociedad moderna e incluyente.

En el mismo orden de ideas es lamentable que progresistas y liberales venezolanos se hayan convertido políticamente en rehenes de las fuerzas del extremismo de izquierda y de derecha, enemigos de la conciliación y la democracia. Venezuela podría, por sus riquezas naturales, pero sobre todo por el capital humano, constituir un ejemplo para Latinoamérica.

Está visto que el proceso de descomposición del gobierno venezolano, los ha llevado a lanzar misiles a diestra y siniestra, como es el caso del Ministerio del Interior venezolano que declaró que en México se habrían entrenado algunos “alborotadores” para infiltrarlos en las manifestaciones antigubernamentales y desatar la violencia.

En ese tenor los medios de comunicación han dado a conocer las formas de actuación del gobierno madurista contra los manifestantes, no sólo son jóvenes estudiantes, sino que los hechos confirman la represión que vive hoy cualquier opositor al gobierno. Para el presidente Nicolás Maduro, todos son responsables de lo que pasa en su país tanto del interior como exterior, menos su gobierno.

En definitiva Venezuela está en caos al borde del colapso social, económico, incluso de violencia equiparable a una guerra civil de baja intensidad. No sólo es el desabasto, sino también las consecuencias de un mal gobierno: inseguridad, pobreza, inflación y devaluación. Largas filas para que cualquier ciudadano pueda adquirir productos de cualquier tipo, incluso los de primera necesidad.

lucarrso@hotmail.com
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