Estado

Lady desquiciada…

ladyregidora

VIDA VIDARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez

El poder enloquece y quien lo ostenta es capaz de cometer todo tipo de locura para retenerlo.

A la mayoría de los empoderados les ataca un extraño síndrome que ningún estudioso del comportamiento humano, por más que lo analice, lo podrá entender, porque quienes lo tienen lo manifiestan de diferentes maneras.

El poder no es malo siempre y cuando sea bien canalizado, que quienes lo posean puedan con el para que el no termine con ellos, como dijera FRANCISCO LABASTIDA OCHOA, que el poder sirva a la gente, no que la gente se sirva del poder, lo triste es que en los políticos de hoy por lo general se convierte en mal y acaba con todo lo bueno.

Es fácil identificar a quien el poder le hace daño porque esas personas dañan todo lo que les rodea, una característica de ese síndrome es que ataca al cerebro, se pierde la razón, mata la conciencia, endurece el corazón y termina con sueños esperanzas, familias y amistades.

En todos los tiempos, y en todo lugar, se han dado muchas historias de personajes nefastos, corruptos, de desalmados que han utilizado el poder para construir sus imperios pisoteando dignidades y lastimando a todo aquel que tiene la desgracia de cruzarse en su camino.

Para muestra ahí tiene usted a la regidora de Guadalajara, Jalisco, la llamada LADY PANTEONES, una mujer que abuso de su poder, que con toda prepotencia amenazaba y reprimía a los trabajadores del municipio, que se dijo ama y señora de todo lo que se movía en los camposantos, hasta a las ánimas del purgatorio espantaba con sus gritos, mal comportamiento y palabras altisonantes.

Por supuesto que a algo se atenía la mujer para gritar que nadie podía con ella, se sentía protegida, claro que ya cuando se exhibieron sus corrupciones a sus protectores no les quedo otra que dejarla sola, aunque no se sabe hasta dónde porque resulta que después de inhabilitada la dichosa regidora sigue con sus locuras y no hay autoridad que la someta.

LADY PANTEONES se atrinchera en su oficina y no hay poder que la mueva, ¿y la autoridad del presidente?, ¿el gobernador está ciego, sordo y mudo?, ¿son cómplices o le tendrán miedo?.

Lo peor es que la oficina de la regidora está a unos pasos del despacho del alcalde, la desquiciada mujer ahí duerme, come, atiende sus necesidades fisiológicas y tiene un montón de policías que ya no se sabe si la quieren detener o proteger, seguramente es lo último para que nadie la ataque, porque si quisieran someterla y sacarla de su guarida no tardarían ni un día en hacerlo.

Si la dichosa regidora fuera una persona honorable, o ya de perdido que se caracterizara por trabajar su comisión con decoro y por otros intereses quisieran removerla pues tiene derecho a defenderse, pero después de que se exhibió su comportamiento, que sin recato alguno continuo en las mismas pues es obvio es que debe ser llamada a rendir cuentas, no solo inhabilitada, sino castigada por abuso de autoridad.

No crea que ELISA AYON, así se llama la Lady Panteones de Guadalajara, es la única que se ha vuelto loca con el poder, como ella hay muchos personajes que no se conciben sin los reflectores, el mando y los presupuestos y son capaces de cometer todo tipo de locuras y aberraciones para seguir en su pedestal.

Lo dicho, el poder es un síndrome que termina por en enloquecer a casi todos quienes lo posen.

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