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Las garrapatas charras del ayuntamiento victorense. encuentran un aliado

Pepe Braña “compra” pleito con Lalo Gattás por agradar a sindicalizados

Por: Mauricio Fernández Díaz

Ciudad Victoria.- Desde que Morena demostró su capacidad de movilizar gente y su poder de convocatoria, todos ansían una candidatura de mayoría en el partido. Como antes la ola azul, ahora la ola guinda cubre las principales ciudades del estado y por eso, inevitablemente, ha despertado la ambición en muchos políticos, algunos sin experiencia ni logros en el oficio. Esto se puede apreciar hoy en la capital de Tamaulipas, pero seguramente no será la única.

Con todos los merecimientos, Lalo Gattás ganó la elección de la alcaldía de Victoria en 2021. Y el mérito es muy alto, ya que compitió contra la prima del gobernador y toda la maquinaria estatal en contra, que incluía, ni más ni menos, al Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento de Ciudad Victoria.

Una campaña negra de lacerantes calumnias, una artillería de haters en redes sociales, turbas de reventadores en los mítines, ningún candidato fue sometido a tanta presión como Gattás Báez, quien resistió todo eso y terminó triunfador. Los que ahora desean sentarse en su silla, ¿tendrán las agallas para atravesar esas pruebas sin doblarse? Porque el PAN ha enseñado su estrategia favorita en campañas, aunque a veces le falle: descalificar, denigrar y degradar al rival, sin importar incluso si alcanza a la familia.

Ni siquiera en este momento, que ya es acalde, han desaparecido los ataques en contra de Lalo Gattás. Un viejo aliado de Pilar Gómez y el panismo, el Sindicato de Trabajadores del Ayuntamiento, acusa al presidente municipal de violar derechos laborales y lo emplaza en tribunales. Con esta acción, busca desestabilizar política y económicamente al municipio, sin importar la escasez de recursos públicos para atender las necesidades de la gente.

De un panista no puede esperarse menos, y es factible que más adelante azucen nuevos conflictos, pero es ilógico que se sumen al rival compañeros políticos del alcalde, y eso es lo que parece hacer José Braña, diputado local de Morena por Ciudad Victoria.

El pleito entre el alcalde y el sindicato ya es del dominio público: él quiere ajustar los aguinaldos de los sueldos altos para poder invertir un poco más en la ciudad; el sindicato, en cambio, se rehúsa y lanza una defensa legal para mantener sus privilegios. Lalo Gattás obtuvo el apoyo del Cabildo para reducir el pago a 30 días. Anteriormente, con la complicidad de los panistas, era de 93 días, monto que ninguna administración pública en México paga por concepto de aguinaldos.

La reducción viene acompañada de un plan para mejorar las percepciones directas de la plantilla, ya que gran parte gana menos de 10 mil pesos mensuales. Solo los exlíderes, sus esposas y sus hijos reciben salarios de director o se jubilaron con un nivel alto, aunque no lo devengaran.

A pesar de los alcances y la claridad de la restructuración del gasto en este personal, Pepe Braña se ha metido en medio de ambas partes para defender al sindicato sin analizar las implicaciones económicas que le causa al municipio y, sobre todo, la escasez presupuestal para obras de primera necesidad, como el agua y los apoyos a las familias de bajos recursos.

Pepe parece ignorar que su actitud antimunicipal manda un mensaje de división y aún de falta de credibilidad en el acalde. Si un personaje tan sobresaliente del morenismo le retira su apoyo, por lo menos en este tema, ¿por qué habrían de respetar los demás a la autoridad local?

En su pueril postura contra el alcalde, el diputado Braña le pide respetar los principios de la Cuarta Transformación, porque esa reducción dañaría a los trabajadores sindicalizados. Se le olvida que es justamente lo contrario: se practica la austeridad franciscana que promueve el presidente desde Palacio Nacional, el recorte de los gastos onerosos, de los salarios por encima de la Constitución a servidores públicos y la ostentación de dinero como el de los malos gobiernos del PRI y del PAN.

Lalo ya adelantó lo que cuatro o cinco de esos líderes sindicales se embolsaban juntos a fin de año: ¡800 mil pesos! Y únicamente por concepto de aguinaldo, monto que ni siquiera el alcalde recibe con un sueldo nominal de 60 mil pesos mensuales, como hizo público recientemente.

Más que un tema de derecho laboral, el alcalde lo ha tratado como un tema de transparencia y justicia salarial. ¿Es correcto que cuatro personas, algunas sin estudios especializados, ganen casi el millón de pesos de aguinaldo? ¿Por qué ellos sí reciben esas sumas y el resto de la plantilla no rebasa los 15 mil pesos? Por esta razón: por corrupción; todo mundo en Ciudad Victoria, incluido Pepe Braña, lo sabe, pero no se entiende su obstinación del diputado local morenista.

Bueno, hay otras razones que lo pueden mover a eso: congraciarse con el sindicato, manipular a los trabajadores del Ayuntamiento y chantajearlos electoralmente a su favor. “Hoy hago esto por ti, pero me lo tienes que devolver con votos en 2024”. Es una película demasiado vieja para este periodista, que ha visto tantas cosas repetirse una y otra vez en la política. Como dice la Escritura: no hay nada nuevo bajo el sol.

Esta actitud de “corcholata” morenista le puede perjudicar mucho a Pepe Braña, quien en realidad ha hecho un papel decoroso en el Congreso local. Debe tener presente el nombre de su verdadero enemigo: Partido Acción Nacional, y todos aquellos que porten este membrete puede tenerlos como adversarios.

Por adelantado y por grillo, no vaya hacerle el trabajo sucio a esos adversarios.

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