VIDA DIARIA
Por: Rosa Elena Gonzalez
Los mexicanos iniciaron el 2014 con el primer golpe al bolsillo disfrazado en forma de más impuestos, eso sí envueltos todos en un montón de “buenas intenciones” bueno, al menos eso segura el supremo gobierno, que todo es por el bien de todos, que a más impuestos mejor nivel de vida para el pueblo mexicano ¿será?.
Es de ingenuos pensar que el pueblo les crea, pero como dicen que al mal tiempo (y peor gobierno) buena cara, pues hay que verle el lado amable a las cosas.
Mire, como los chicles costaran más usted no tendrá problemas con perder piezas dentales, y ya ve que el dentista es muy caro, entonces el ahorro será considerable, lo malo es que las chicas vendedoras de amor tendrán que reciclar sus gomas de mascar para no gastar tanto, a menos que los parroquianos lleguen con sus totitos, motitas, los más vividos con Yucatán o los de lujo con clorets y asi evitar que les dejen mal sabor de boca, porque de lo contrario las pobres damas tendrán también que agregar el IVA a su trabajo, saldrán más caras, pero bueno, ahí también puede haber ganancia, quizá habrá más esposas contentas y hasta se fortalezca la integración familiar.
Asegura el gobierno federal que con el impuesto a la comida chatarra y refrescos azucarados bajaran los índices de obesidad, así es que prepárese porque en breve vera por todos lados Barbis, Adonis y mucha flacura con poca envoltura.
A los habitantes de las ciudades fronterizas, con la dichosa homologación del IVA, también será un duro golpe a la economía, y como dice la vecina, tendrán que hacer de tripas corazón porque impuesto dado ni DIOS lo quita, pero bueno, otra vez véalo por el lado amable, es para que se de su paseadita cada fin de semana con los gringos y pueda adquirir allá la canasta básica sin impuestos.
¿Con la implementación de impuestos a la comida chatarra, chicles, refrescos azucarados, bebidas alcohólicas se acabaran los gordos, borrachos e infieles? Claro que no, lo único que sucederá es que la gente gastara más.
Aunque se quisiera ver con optimismo la homologación del IVA en la frontera, es obvio que serán mayores los costos que los beneficios sociales, no solo se afectara al comercio local sino también a consumidores, el desequilibrio económico repercutirá negativamente en todos los sectores.
“Estos malditos impuestos no acabaran con las fiestas” dicen los jóvenes, y tienen razón, la realidad es que la gente que gusta de la comida chatarra la seguirá comprando, en todas las reuniones familiares, de amigos o en los antros no faltaran los refrescos azucarados, bebidas alcohólicas, fritangas o bocadillos preparados con engordantes, es poco probable que baje el consumo de esos productos, lo único que sucederá es que se gastara más.
Claro que los únicos beneficiados serán los recaudadores de impuestos, y por supuesto, las grandes compañías, porque, créame, las empresas no pierden y para que esos impuestos se aplicaran se tuvo que haber llegado a un acuerdo con los grandes vendedores de la chatarra y los refrescos azucarados porque ellos le aportan mucho dinero a las campañas políticas.
Siguiendo con las desgracias que llegaron junto con el 2014 para los mexicanos, es que con la aplicación de los nuevos impuestos también condenan a mucha gente a la soledad, ya no se podrá tener al mejor amigo del hombre cerca.
Será un extra lujo tener perros, el tener y mantener una mascota será un privilegio que los de la clase media no podrá darse, las croquetas estarán muy caras, así es que tener un fiel guardián será lujo de pocos, y ahora si los más pobres podremos decir que ya no se tiene ni perro que nos ladre y todo porque el alimento para mascotas se gravo.
La situación es que llego el 2014 con sobrepeso de impuestos para el pueblo mexicano, el panorama no pinta nada bien porque mientras los costos están a la alza y se encarece la vida los empleos siguen a la baja, los sueldos siguen igual y se desploma la economía.
¿Esas serán las mejores estrategias para fortalecer al pueblo mexicano?, claro que no, lo que hace falta son medidas de concientización para cambiar los hábitos alimenticios, fomentar el deporte, la recreación, buscar alternativas que no golpeen la economía y si abatan los problemas de alcoholismo y sobrepeso, pero claro, el aumentar impuestos es de lo más sencillo, y además, rentable.
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