CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
A menos que tengan ansias suicidas, alta vocación de autodestruirse, o muchas ganas de entregarse en brazos del enemigo, el PRI Tamaulipas tendré que elegir un buen liderazgo el próximo mes de diciembre.
Los tiempos marcan que este jueves aparecerá la convocatoria, el próximo 10 de diciembre serán los registros, y unos días después habrá de sesionar en Consejo Político para tomarle protesta a su nuevo dirigente, por lo menos, a esa fecha el adjetivo se lo habrá ganado.
Pero los resultados de última elección, y de la federal del 2012 también, dejan claro que el PRI de Tamaulipas necesita algo más que eso, algo más que un dirigente, requiere de un verdadero liderazgo, de un hombre o una mujer con presencia, con derecho de picaporte en cualquiera de las puertas del tercer piso de palacio o de la casa de gobierno, y sobre todo, con amplio reconocimiento de las bases, de los cuadros partidistas, de las organizaciones tricolores.
Vamos, si se empecinan los Consejeros Políticos del PRI con el ex Secretario General de Gobierno y ex Diputado Antonio Martínez Torres, con el también ex Diputado y ex Secretario de Finanzas Oscar Almaraz, o con el ex Secretario de Desarrollo Social Manuel Muñoz Cano, los priístas pueden ir cavando la tumba.
Peor situación vivirían con Amelia Vitales, la actual dirigente interina del PRI nunca supo hacer equipo, no tiene ascendencia ni descendencia importante o que se le conozca, carece de liderazgo, es una dirigente gris en este momento y las cosas no podrían ser diferentes.
¿Qué requiere el PRI si quiere ganar las elecciones del 2015 y del 2016?, le repito, un auténtico liderazgo, un auténtico amigo de los hombres del poder, un auténtico amigo del pueblo, y en ese contexto las barajas son muy pocas, y las encabeza quiérase o no, el Secretario de Desarrollo Social, Homero de la Garza Tamez, seguido por el Secretario de Obras Públicas Manuel Rodríguez Morales, y de la subsecretaria General de Gobierno Lupita Flores.
Obvio, todos los mencionados pueden ser enviados a jugar fuerte, a hacer equipo, a cooptar los grupos que no les quieren, que son muchos, y a medirles las posibilidades de ser candidatos a la gubernatura previo paso por la Cámara Baja en su calidad de candidatos plurinominales a Diputados Federales.
En los tiempos de Tomás Yarrington como gobernador se hizo una jugada como la que se plantea, se planchó todo para que la estructura quedara en poder de Homero Díaz Rodríguez que primero fue Secretario General de Gobierno, luego dirigente del PRI, después Diputado Federal, y casi fue candidato a gobernador lo que significa que no necesariamente el próximo dirigente del PRI debe sucederá Egidio Torre pero si se apuntaría como uno de los fuertes prospectos, y sobre todo, se le vería con respeto y se reconocería su liderazgo para intentar ganar todas las elecciones, los resultados de aquel tiempo lo dicen todo.
De lo que se trata es de crear una figura con un peso suficiente político para que ningún príista, sea del equipo local, del equipo del Presidente Enrique Peña Nieto o de cualquiera de sus Secretarios, pueda competirle, vaya, que no haya otro tricolor que pueda ganar una elección Constitucional allá por el 2016.
Obvio, se debe tener mucho cuidado con las traiciones y también con los temperamentos, se debe elegir muy bien al próximo dirigente del PRI porque antes del 2016 está el 2015 y de hacer un trabajo mal, o de pensar que pueden ganar por pura inercia o la figura bonita de un presidente del PRI, sepultaría los deseos de ser candidatos a gobernador de todos los priístas que juegan con el equipo local, es decir, les arrebatarían la candidatura desde el centro del país y sin ningún problema.
Un hecho tiene relevancia indiscutible, el gobernador Egidio Torre Cantú tiene el liderazgo, es el primer priísta del Estado, lo reconocen propios y extraños, entonces, el dirigente tricolor será local o palomeado por él mismo, lo único que parece complicado de decidir es si se pone a un hombre sin aspiraciones y con experiencia, o de plano se lanza la cargada a una o dos figuras para cerrar filas de una vez y por todas.
Vaya, lo importante en este momento es hacer ver al equipo local fuerte, o muy fuerte, invencible, que nadie le pueda arrebatar las candidaturas, y eso se obtendrá solo con un presidente del PRI que tenga un autentico liderazgo en la sociedad, y un amplio respeto y reconocimiento de los grupos de poder.
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