Marco A. Vázquez
La propuesta del Presidente Enrique Peña Nieto va de lo sublime a lo ridículo, o por lo menos a lo mediático y populista, y por ello grandes dudas se asoman en el futuro de este país. Le detallo….
La reforma educativa, con todo y que se deben aclarar quien evaluará a los maestros, bajo qué criterios, como se atenderá a los que tienen decenas de años frente a grupos dando buenos resultados pero que obviamente no tienen la misma teoría de las nuevas generaciones, entre otras cosas, pues con todo y eso fue una propuesta de 10, este México nadaba en la mediocridad ya que de acuerdo a las evaluaciones el 70 u 80 por ciento de los maestros no pasaban exámenes de conocimientos generales o sobre su práctica diaria y se debe corregir ese problema, también el de los aviadores.
La reforma laboral igualmente era necesaria, quizá no fue lo mejor pero hacía falta darle más transparencia a la contratación de personal, urgía acabar con la simulación de los contratos por horas y sobre todo con esos saqueadores que disfrazados de abogados quebraron cientos de empresas dejando sin empleo a miles de personas y muy fácil, solo comprando pleitos laborales, entonces, fue otra propuesta que alcanzó una alta calificación.
En la propuesta de reforma financiera y lo referente a que los Estados y municipios no se endeuden a diestra y siniestra también alcanza un 9, o quizá un 10.
No soy partidario de la privatización de Pemex, pero si de una reforma energética que evite el saqueo de la paraestatal, que todo el dinero que se gana vendiendo petróleo a precios de ensueño se garantice sea bien utilizado y no únicamente se destine para saciar apetitos de políticos y sindicatos megacorruptos, aquí, es necesario dejar claro para qué es el dinero, fortalecer Pemex de otras formas, hacerlo que obtenga más ganancias por la explotación, refinación, y búsqueda de nuevos yacimientos, si, si es necesario hay que darle herramientas al gobierno para que contrate empresas para explotar nuevos yacimientos pero con contratos que se aprueben en el Senado y a la vista de todo el mundo, le digo, aquí la propuesta de Peña Nieto fue cayendo de nivel y tal vez no alcance un siete.
Lo que sigue es reprobar la reforma Hacendaria y Fiscal, no nos ayudará como contribuyentes a pagar más fácil nuestros impuestos, que sean menos gravosos, y ahora atenta contra la industria y la competitividad de México al enfrentarlo, en condiciones desventajosas, con las grandes corporaciones estadounidenses.
La propuesta es muy grave para todos los Estados fronterizos, subir el IVA de golpe y porrazo es arriesgar la planta productiva y generar menos empleos.
Lo que se debe hacer es democratizar los impuestos, tal vez sea tiempo de pensar en gravar el consumo general para que todos contribuyamos pagando lo justo a cambio de buenas obras, mejores servicios públicos, menos robo en educación y salud, nomás para citar ejemplos, le digo, hasta hoy la propuesta es de cinco.
Así Enrique Peña Nieto va navegando con sus propuestas a aguas muy turbias, le mencionaba, va de los sublime a lo ridículo o por lo menos a lo mediático y populista, la última de sus propuestas es la prueba de ello.
En el marco de la celebración de los 60 años del derecho al voto de la mujer el cerebro del presidente, o el de sus asesores, trabajo a mil por hora y ya cuando estaban a punto de reventar propuso que por ley todos los partidos tengan la obligación de proponer el 50 por ciento de candidaturas a mujeres, se llevó muchos aplausos de las asistentes, eran puras mujeres.
Quizá se lea bien bonita la propuesta, convencido estoy que la mujer merece más espacios, más participación, que hay muchas muy inteligentes y trabajadoras, pero es aberrante que por la fuerza se les quiera incrustar en la política, más aún, que no se vean los meritos sino su mera condición sexual.
Vaya, tenemos Senadoras, tenemos Diputadas Federales, tenemos presidentas municipales, ha habido gobernadoras y dirigentes partidistas, también hay diputadas locales, regidoras, y funcionarias de todos los niveles que han llegado a esos cargos por gracia de sus encantos femeninos, por ser comadres de fulanito de tal, por prestarse a sucias maniobras y yo le pregunto… ¿eso es enaltecer a la mujer y darle su lugar?, obvio no.
Entonces, más allá de populismo, de una lucha de géneros, lo que se debe hacer es reformar las leyes electorales para castigar con mucha severidad a quienes agandallen los puestos de elección popular o de las administraciones públicas para sus amigas o amigos sin justificarlo con meritos, también sancionar a quienes frenen propuestas o trayectorias brillantes nomás porque no comulgan con sus ideas, y desde luego, imponer candados muy severos a quienes quieran ser candidatos o candidatas, de entrada exámenes toxicológicos, los confianza, porque el pueblo ya merece que le gobierne gente decente y no las comadritas o compadritos de fulanos empoderados.
Es una opinión personal, y le repito, con la seguridad de que la mujer como el hombre somos iguales, de que la inteligencia no tienen sexo, y con la certeza de que se deben acabar los bloqueos para las mujeres que quieren y pueden, pero también de que se deben poner candados muy fuertes para las llegan solo a fuerza de sus bonitas piernas, sus bellas sonrisas, o nomás porque son cuñadas, comadres, amigas, novias de los hombres y mujeres del poder.
Muy cierto, muy cierto, el caso también debe aplicar para hombres que pretenden llegar a lo más alto de la nómina en similares circunstancias, por vender sus favores, por prestarse a corruptelas, o nomás por ser familiares, compañeros de primaria, compadres, o novios de otros funcionarios de alto nivel.
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