Marco A. Vázquez
Desagradable, Nefasto, grotesco, quizá hasta ofensivo para las mujeres y los hombres es que se tengan que ofrecer cuotas porque a las féminas no se les permite empoderarse, ocupar los puestos de dirección, de mando.
Obvio, más ofensivo para la sociedad es que con calzador se le quiera meter un hombre o una mujer a su gobierno cuando pudiera, en la baraja de posibilidades, haber una mejor persona (de sexo diferente a la propuesta) para que dirija sus destinos.
Y sin embargo hoy parece necesario obligar a los partidos a proponer mujeres como candidatas a los diferentes puestos de elección popular, a ellas se le han regateado todos los espacios, se le ha combatido incluso de manera sucia al grado de llevarla a su casa o nomás permitirle que promueva el voto sin llegar nunca a ser votada.
Pero… ¿es de una sociedad avanzada establecer cuotas de género?, más aún, ¿enaltece a la mujer llegar mediante esa vía como si no fuera lo suficientemente trabajadora e inteligente para competir en cualquier terreno?, la respuesta es no.
Va todo esto al celebrar 60 años que el gobierno de México, el Constituyente permanente, le otorgo derechos civiles y políticos a la mujer, vaya, que tiene la posibilidad de votar y ser votada.
Le repito, soy enemigo de las cuotas de género en el entendido que unos y otras somos iguales, que la inteligencia no tiene género, no se es mejor o peor dependiendo de si se tiene una vagina o un pene, pero aún más, a este país le urgen liderazgos sin importar si es una mujer como la canciller alemana Angela Merkel, o un hombre como el ex presidente de Brazil, Lula Da Silva, también urge a este país la decencia como la que tenía la Madre Teresa de Calcuta o Mahatma Gandhi.
Ahora, en México ya comprobamos que hombres y mujeres pueden ser igual de decentes o igual rateros, en cuanto a mugre y corrupción tenemos dos íconos de dos sexos diferentes nomás para que se dé cuenta de lo que habló, nadie puede negar la depredación que se hizo del país Carlos Salinas, pero parece que le da 20 y las malas doña Elba Esther Gordillo Morales que al saquear el presupuesto destinado para educación nomás mato la ilusión de millones y millones de mexicanos que deseaban una buena enseñanza para salir de la pobreza y nomás no se pudo.
Quisiera ponerle ejemplos de decencia pero mi memoria no es tan buena, ni de hombres ni de mujeres, así que se las debo.
El caso es que hay ya iniciativas trabajándose para darle poder a la mujer, quizá se deba poner plazos para que esté país alcance la democracia y retorne la plena libertad de los mexicanos de elegir a una persona sin importar su sexo, también para que no lleguen las mismas de siempre que de nada le han servido o muy poco le han abonado a la equidad.
Todavía más, si tanto quieren jugar a darle poder a la mujer bien valdría la pena poner candados a la forma de otorgar las candidaturas para evitar el agandalle de los hombres del poder, es decir, evitar que la mujer acceda a los puestos de elección nomás porque son bonitas, tienen un buen amante, un buen cuñado, o compadre, es decir, se tendrá que establecer una forma de garantizar que lleguen las mejores y eso es lo que parece imposible en una sociedad como la mexicana.
Vaya, de nada sirve que se le dé el 50 por ciento de los puestos de poder a las mujeres si todas de una forma u otra dependerían de hombres, o nomás de su cara bonita sin idea alguna cuando el objetivo que se persigue es que se formen cuadros femeninos competitivos y que puedan hacer las cosas mejor.
Han trascurrido 60 años desde que la mujer puede votar y ser votada, han ganado mucho terreno en la calle, en la operación política, son las que más votan, las que más son utilizadas para hacer campañas alegres, pero en el reglón de puestos de poder se han quedado muy cortas, casi en nada.
Los hechos detallan que efectivamente se hace necesario obligar a los partidos a competir con sus mujeres ya que por la buena, o de buena voluntad, no lo quisieron hacer, tal vez por ello se aplaudible la propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, respaldada por el gobernador Egidio Torre Cantú, y aprobada casi sin discusión por PAN, PRI, PRD, PANAL y todos los partidos representados en el Congreso de Tamaulipas.
Pero también los hechos nos hacen levantar las antenitas y estar pendientes de que en realidad se persiga la democracia, la equidad, y no solo en dar regalos de a montón a las buenas amigas que se olvidarán de sus ideales apenas cobren su primer cheque.
No es mala fe, es una duda fundada si nos vamos a la historia y notamos el agandalle, más si tomamos en cuenta que hasta hoy muy pocas mujeres empoderadas se han ocupado del futuro de sus compañeras de partido, ó, ¿no?.
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