Los Damnificados
Maremágnum
Mario Vargas Suárez
Para la idea central de esta columna, el título debe interpretarse como las personas que por causa de «Ingrid», -tormenta tropical vuelta huracán- hizo estragos en bienes materiales a un buen número de tamaulipecos y hasta de muertes en algunos casos.
Qué quede claro de ninguna forma me referiré a aquellos diputados, presidentes municipales, síndicos y regidores que a partir de la próxima semana se quedan sin su subsidio partidista.
Volviendo al tema que nos ocupa, le comento que en este mismo espacio anoté que según Adela Micha, en su noticiario radiofónico transmitido por el Grupo Imagen, los centros nacionales de acopio para ayudar a los damnificados de «Ingrid» y «Manuel» están «muy pobres» porque no han recibido los suficientes alimentos y productos necesarios para hacerlos llegar a los destinos nacionales lastimados por esos devastadores fenómenos.
También le comento que no espere usted leer las hipotéticas causas por las cuales los mexicanos no hemos sido más benévolos con las aportaciones a los centros de acopio locales o nacionales, pese a la gran campaña publicitaria que hay en todo el país.
Lo que usted leerá son propuestas lógicas, ideas alcanzables, acciones que se pueden realizar para verdaderamente servir a los damnificados por la tragedia de haber perdido su hogar o por lo menos de haber visto su residencia entre el agua.
La propuesta está encaminada a los grupos organizados como clubes de servicio, asociaciones, escuelas de educación media superior y superior como preparatorias o universidades. A clubes deportivos, etc.
Los mexicanos nos hemos abierto paso en medio de las calamidades. El temblor de 1985 sucedido en la Ciudad de México D.F., fue un buen ejemplo de colaboración en favor del mexicano necesitado.
Regionalmente el huracán «Gilberto» fue otra oportunidad mexicana de solidaridad, cuando fue clasificado como » El Huracán del Siglo XX» y en Cuba como «El Huracán Asesino».
Seguro usted recuerda que en 1988 «El Gilberto» fue uno de los ciclones tropicales más intensos, devastadores y mortíferos registrados en el océano Atlántico según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Precisamente por aquellos días de septiembre de 1988, en medio de la tragedia del Río Santa Catarina, unos neoloneses habitantes de los lechos, pedía ante las cámaras de la TV local «…a las autoridades federales, al gobernador y a los del municipio, si van a venir a ayudarnos, ¡vénganse ya!, sino, nosotros empezamos solos, como siempre…»
La solidaridad que se pretende en esta columna periodística es referida como al sentimiento de unidad basado en metas o intereses comunes, de «saber comportarse bien con la gente»; a buscar estrechar verdaderamente los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí, olvidándose de colores partidistas o religiones.
La propuesta radica en que los estudiantes y clubes de servicio se organicen por brigadas que auxilien en la limpieza, en el aseo de áreas invadidas por las aguas de ríos y presas desbordados.
La ida es ayudar a lavar las casas que fueron afectadas por el lodo de las inundaciones.
Ayudar a levantar bardas, abrir caminos, fabricar puentes, caminos y brechas por las que los coterráneos puedan transitar seguros y sin obstáculos.
Es posible que todavía sea necesario, a manera de urgencia, quitar escombros de casas, patios, sembradíos o huertas.
¿De qué sirve a los tamaulipecos ahora en desgracia que solo tengan comida si no tienen herramientas o utensilios de limpieza para lo más indispensable.
En algunas comunidades, donde ya bajó el agua, ahora no saben cómo o con qué limpiar el lodazal en el que están viviendo… Es más, ni agua tienen para lavar los pisos y paredes.
La ayuda solidaria no solo es aportando cantidades de dinero o de alimentos, es también acercarse a los tamaulipecos en desgracia y ayudarles a levantarse.
El trabajo dignifica y porqué no acercarnos más a quienes ahora con urgencia indudable la necesitan.
A MANERA DE COLOFÓN:
Se lee en internet que el Juzgado IV de Distrito en Amparo Penal, concedió la protección a Elba Esther Gordillo en contra del auto de formal prisión, luego de que no se justificó la privación de la libertad, informó el abogado Marco Antonio del Toro. Por lo que la ex lideresa puede alcanzar su libertad. Sin embargo, la PGR puede impugnar.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com