Ingrid y Manuel. Falla de prevención
Tamaulipas México – Los desastres naturales constituyen para los políticos una oportunidad para aumentar sus bonos de popularidad y presencia, pero también pueden convertirse al mismo tiempo en la tumba política para cualquier funcionario por la irresponsabilidad y nula respuesta ante la tragedia de sus gobernados.
Viene a cuento lo anterior por la estela de destrucción y muerte que dejaron las torrenciales lluvias de la tormenta tropical Manuel y del huracán Ingrid en los estados de Guerrero, Veracruz y Tamaulipas entre otros, sin que se hayan tomado las medidas de prevención por parte de las autoridades correspondientes.
Al efecto ambos fenómenos meteorológicos causaron en el país la muerte de más de 99 personas, cientos de miles de damnificados, daños a viviendas y carreteras, dejando al descubierto corrupción, la pésima construcción de infraestructura, la discrecionalidad de permisos en uso del suelo en zonas de alto riesgo, incluida la negligencia del gobierno de Guerrero y del Sistema Nacional de Protección Civil.
¿Por qué se afirma esto último? porque el Servicio Meteorológico Nacional emitió alertas sobre las fuertes lluvias desde 11 de septiembre, pero fue hasta el domingo 15 que se llevó a cabo la primera reunión del Sistema Nacional de Protección Civil (Sinaproc), para informar sobre la peligrosidad de ambos fenómenos meteorológicos.
Otro botón de muestra de que no hubo prevención respecto al meteoro, es el hecho de que en el Puerto de Acapulco quedaron varados más de 40 mil turistas que aprovecharon el puente de fin de semana por el festejo de las fiestas patrias, porque no se informó oportunamente de la situación ni se alertó al a población.
No pasa inadvertido que el gobierno de Peña Nieto impulsó desde el inicio de su administración una nueva política en materia de protección civil a fin de privilegiar la prevención sobre la reconstrucción, para dar respuesta oportuna a las emergencias derivadas de fenómenos naturales, el embate de Ingrid y Manuel ha evidenciado las limitaciones del Sistema Nacional de Protección Civil.
No obstante lo anterior se da una contradicción al destinar presupuestalmente 84 veces más recursos en reconstrucción que en prevención.
Hoy la tragedia se reencuentra con Acapulco y con Guerrero su gobernador Ángel Heladio Aguirre también tardó en reaccionar, en otras palabras no hizo nada, salvo refrendar su notoria incapacidad para advertir y prevenir del peligro de la Tormenta tropical a la población civil asentada en zonas de grave riesgo, a pesar de tener conocimiento de las alertas SMN y de la vulnerabilidad de los sectores.
Así pues, en medio del caos, se ha informado de desabastecimiento de alimentos y varios casos de multitudinarios saqueos a comercios y tiendas departamentales de donde se han sustraído mercancías particularmente computadoras y pantallas planas y la presencia del pillaje en las comunidades evacuadas.
Conviene destacar que es evidente que el gobernador Aguirre y su gobierno fallaron fueron incapaces para hacer frente a una crisis como la que viven Acapulco y Guerrero. Los fenómenos naturales que si bien no se pueden evitar, si es posible prevenirlos con la tecnología y con los protocolos de Protección Civil.
Por otro lado Ingrid ya se disipó. En cambio, Manuel de acuerdo al Servicio Meteorológico de México. Se convirtió en huracán que ya impacto el noroeste del estado de Sinaloa, En tanto una zona de baja presión que se encuentra desarrollándose en el Golfo de México y tiene potencial de convertirse en ciclón.
Como esta visto, nos queda claro que la solidaridad siempre ha identificado a los mexicanos en momentos de sufrimiento de poblaciones en tragedias internacionales, jamás ha fallado en prestar ayuda a países afectados por desastres naturales como ocurrió con el terremoto en Haití y el huracán katrina en Nuevo Orleans EEUU.
Sobra decir, que en el caso de las inundaciones de Guerrero, Tamaulipas, Veracruz la atención de los medios fueron enfocados exclusivamente en los turistas varados, ríos desbordados, las calles anegadas, en colonias populares, zonas marginadas y cinturones de miseria y sobre todo los deslaves en la Pintada en Atoyac Gro, pero no sobre la pérdida vida y bienes de los damnificados.
Ahora bien, Millones de mexicanos se dicen conmovidos por la tragedia pero nadie ni personas ni instituciones privadas han levantado la mano para manifestar su apoyo, instalando centros de acopio para hacer una colecta de víveres o un concierto para ayudar a nuestros connacionales en desgracia, tal y como se hizo con los haitianos, ni aun con el exhorto presidencial.
En definitiva la destrucción y muerte ocasionadas por la tormenta tropical Manuel en Guerrero habría sido producto de la negligencia, irresponsabilidad e incapacidad de las autoridades de Protección Civil Federaly del Gobierno del Estado de Guerrero, que no actuaron oportunamente en la prevención de riesgos para evitar muertes, daños y que miles de turistas quedaran atorados en Acapulco.
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