Estado

Brigadas juveniles

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Maremágnum
Mario Vargas Suárez

Ayer en este mismo espacio periodístico publique sobre el tema de los damnificados dejados por la tormenta tropical vuelta huracán y bautizada con el nombre de «Ingrid», que hizo estragos en los bienes materiales a un buen número de tamaulipecos y hasta de muertes en algunos casos.
Las zonas tamaulipecas más afectadas fueron las localizadas en el centro-sur, sin menospreciar las inundaciones que hubo a lo largo de todo el territorio estatal y desde luego en las carreteras, calles, avenidas, calzadas y callejones de pueblos, ciudades y rancherías.
La industria del asfalto para todo el estado ha sido muy productiva porque los todavía alcaldes de los municipios más significativos, han respondido con trabajo «hasta el último día» sin que suene a eslogan publicitando una gestión gubernamental. Falta poco, pero siguen en la chamba.
En la columna de ayer hice una sugerencia a quien corresponda y por la prioridad que requiere el momento, la insisto porque llevada a cabo la propuesta que expuse, otro puede ser el enfoque de solidaridad tamaulipeca.
A nivel nacional y local se está insistiendo en la donación de productos para los damnificados. Sin embargo hay casas derrumbadas, caminos lastimados y hasta deshechos, residencias enlodadas, en fin… nadie ha pedido mano de obra.
Los clubes de servicio del estado, como Rotarios -con su filial juvenil Rotarac- los Leones, las Sociedades Mutualistas, clubes deportivos -incluyendo los de Caza y Pesca- los sociales como del Campestre, La Quinta Ana María, El Victoria, El Victorense, etc., pueden auxiliar directamente a los damnificados ya no tanto con despensas o ropa, sino con brigadas de mano de obra para la apertura, reconstrucción y construcción de caminos, vivienda, parcelas, huertas, etc.
Tamaulipas tiene que levantarse de los escombros que dejó a su paso la densa y prolongadas lluvias que inundaron y desgajaron zonas pobladas, campos de producción agropecuaria que representan miles de millones de pesos.
Sin embargo, es incontable número de paisanos viven en la humedad, entre el fango que quedó.
La tv local ha estado difundiendo escenas donde la gente sigue caminando entre escombros, entre el lodo. Rescata de esa mezcla de agua y tierra lo que puede ser reutilizable, lo mismo que sillas de plástico en buen estado, que zapatos aún dispares, muebles de lámina o de madera hinchada… se hacen de todo lo que pueden aprovechar.
Los clubes de servicio y sus asociados, lo mismo que las instituciones educativas desde el Colegio de Bachilleres, Los CECATIS, CBTyS, CBTAs, CONALEP, las preparatorias federalizadas, bien pueden organizar a sus alumnos por equipos o brigadas y los fines de semana acudir a las zonas afectadas a trabajar solidariamente.
Con toda seguridad que los tamaulipecos en desgracia agradecerían este tipo de ayuda y en su caso, es un auxilio a manera de servicio social, donde retribuyan un poco lo que el mismo pueblo ha invertido en su educación.
En este sentido, desde este espacio apelo a la buena voluntad -NO a la postura política- de los Directores y Rectores de las Escuelas, Institutos y universidades del estado, para convocarlos a organizar brigadas de ayuda física en las comunidades afectadas.
Una de las sorpresas -refiere en un correo electrónico un lector de esta columna- que en la facultad de Agronomía Mante, que se habilitó como «Refugio Temporal», se identificaron por lo menos a tres profesores que habitaban en la «Casa del Maestro» porque la escuela se inundó y ahora no tienen ni donde vivir.»
Solo a manera de ejemplo, le comento que en la capital del estado, hay registradas por lo menos 7 universidades e institutos privados de educación superior.
Las escuelas normales, empezando por la Benemérita Escuela Normal Federalizada, la Federal de Educadoras «Estefanía Castañeda», la «Alberto Carrera Torres» de Jaumave, la «Lauro Aguirre» de Güemez y las particulares: Normal Superior de Tamaulipas y la universidad internacional de América, deberían enviar brigadas estudiantiles no solo con despensas, sino con utensilios de limpieza y herramientas.
Mano de Obra es lo que los damnificados requieren por un lado, los ciudadanos necesitamos sentir que nuestra ayuda llega a quienes verdaderamente lo necesitan, a quienes la naturaleza, esta vez, no los trató con consideración.
Juventud de Tamaulipas, los tamaulipecos necesitan urgentemente de ustedes como parte de la solución a los problemas causados por «Ingrid».
No vacilen en decidirse, júntense entre amigos y pregunten a las autoridades por las comunidades más lastimadas y a donde ustedes pueden llegar para ayudar.
No es el presidente municipal, el gobernador o un líder partidista quien lo requiere, son los tamaulipecos.
Comentarios: mario.vargas@starmedia.com

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