Le quieren crecer los enanos al Gobernador
Futuristas enrarecen ambiente político
Por: Mauricio Fernández Díaz
A mitad de la administración del Gobernador Egidio Torre Cantú, el banderazo para que inicie el proceso de renovación de diputados federales y por ende se empiecen a desatar los destapes de quienes aspiran a suceder tanto a los actuales legisladores federales como al mismo Egidio Torre lo dio Ramiro Ramos el día en que, ante el Presidente Nacional del PRI César Camacho, la Secretaria General Ivonne Ortega y el Gobernador del Estado exclamó en su discurso: “A poco más de un año de que inicie el proceso electoral federal nos declaramos unidos, listos para empezar”.
Si algo no requiere en este momento el gobernador es un ambiente político enrarecido por el futurismo gubernamental y teñido por los apetitos de los grupos políticos locales y suprraregionales, expertos ambos en la guerra sucia para exterminar políticamente a sus adversarios para irse posicionando con miras a la sucesión del 2016.
La pugna ya inició y se centra entre los “de casa” y los “fuereños”, o sea quienes en este momento se encuentran ocupando altos cargos en la administración federal.
Al menos uno de ellos, el ex diputado federal mantense Alejandro Guevara Cobos, quien se ostenta como coordinador general de giras de la presidencia de la República, pero que curiosamente en búsquedas realizadas en internet y en la página del gobierno federal no aparece con ningún puesto de esa relevancia, ha lanzado corifeos para que anuncien sus intenciones de ser tomado en cuenta para el cambio gubernamental.
Jactándose de tener padrinos poderosos como el General Galván Galván y operadores políticos que están –supuestamente- ya trabajando en su proyecto, como el “Pipo” Luis Enrique Rodríguez Sánchez, actual Delegado de Corett en Tamaulipas y ex Presidente del PRI Estatal, el mantense se hace presente en Tamaulipas, hace ruido con su supuesta investidura y cercanía con el Presidente y se va tranquilamente dejando “la víbora chillando” políticamente hablando.
Otro de los que aseguran sus panegiristas esta ya operando para el mantense es el Coordinador del programa federal “Oportunidades”, Miguel Cavazos Guerrero, hijo del ex gobernador Manuel Cavazos Lerma.
El joven Guevara Cobos ha ganado fama de violento, pendenciero y soberbio a raíz de varios bochornosos sucesos por él protagonizados; en Mante se ha ganado el repudio de los periodistas al llamarlos “tlacuaches ignorantes” cuando éstos publicaron que en su casa tenía “diablitos” para robarse la luz a lo que Guevara contestó “mi casa vale 5 mdp; no es lo mismo que vivir en una casa de Infonavit”.
Además de temperamental y poco importarle el escándalo que se origino luego de agredir físicamente a un empresario, el diputado federal por Mante, Alejandro Guevara Cobos se negó a pagar ocho mil pesos de luz de un local que utilizo durante su campaña para diputado federal.
Sin embargo, está en todo su derecho de querer ser visto y tomado en cuenta, pero, reiteramos, no son los tiempo; Peca de impaciente y, a dos años de que inicie el proceso formal de cambio gubernamental, desestabiliza políticamente al estado y trata de meter con calzador una agenda que no está dentro de los tiempos del Gobernador y mucho menos del Presidente de la República.
Desbocadas sus ambiciones, echa a andar una dinámica política que hoy no tiene cabida. Máxime que del grupo de tamaulipecos que han estado desde hace varios años muy cerca del presidente de la República y ocupan importantes cargos en el gobierno federal, Alejandro es el más débil, el más vulnerable; o sea, el que menos oportunidades tendría en un momento dado de ser tomado en cuenta para la sucesión gubernamental.
Los experimentados políticos que acompañan a Peña Nieto en puestos en verdad importantes –no como empleados de segunda montados sobre burbujas infladas con palabras y rellenadas con periódicos- se han mantenido sabiamente al margen, respetuosos de los tiempos y de la investidura del Gobernador.
En esa tesitura habría que tomar en cuenta a los que han sabido estar con el presidente de la República desde su época de precandidato, y hoy ocupan posiciones claves tanto en el manejo de la política interna del país, como en la administración de importantes oficinas públicas.
La lista de los tamaulipecos en el gabinete peñista está conformada por Paloma Guillén Vicente, Felipe Solís Acero, Baltazar Hinojosa Ochoa, Cruz López Aguilar, Carlos Flores Rico, Adrián Landeros y Alejandro Guevara Cobos.
Apenas habían pasado unos días del arranque de la administración de Peña Nieto cuando el secretario de Gobernación, Miguel Osorio Chong, dio a conocer la lista de sus principales colaboradores.
Ahí estaban los nombres de dos reconocidos tamaulipecos: Mercedes del Carmen Guillén Vicente y Felipe Solís Acero. Guillén Vicente, también conocida como Paloma, fue nombrada subsecretaría de Población, Migración y Asuntos Religiosos, lo que significa que manejará dos temas de alta prioridad para el Estado Mexicano: el apoyo y protección para los migrantes y las relaciones con las diferentes iglesias que existen en el país.
Guillén Vicente ha sido diputada local en tres ocasiones, dos de las cuales ha ocupado la presidencia de la Junta de Coordinación Política del Congreso tamaulipeco. Del 2002 al 2004, cuando Tomás Yarrington era gobernador del Estado, fungió como Secretaria General de Gobierno y meses después, durante el sexenio de Eugenio Hernández Flores, fue designada procuradora General de Justicia de Tamaulipas.
La tampiqueña Paloma ya mostró su nivel político cuando en el marco de la reunión del Consejo Estatal del PRI a la que acudieron los presidentes y diputados entrantes y salientes, así como el gobernador y el Presidente y la Secretaria del PRI Nacional, Guillen evadió con gentileza las preguntas relacionadas con sus aspiraciones políticas así como con la sucesión gubernamental, centrando sus respuestas en el trabajo que hoy realiza y dándole su lugar al Gobernador al advertir que quien llevaba el pulso y el reloj político de Tamaulipas era el mandatario.
Otro de los que podrían aspirar a la gubernatura pero que se ha mantenido fiel a su estilo discreto y respetuoso es Felipe Solís Acero, quien quedó a cargo de la subsecretaría de Enlace Legislativo y Acuerdos Políticos, es un personaje que aunque nació en Reynosa, siempre ha desarrollado su carrera política en el Distrito Federal.
Su leyenda política nació en la década de los ochentas, cuando ocupó la secretaría particular de Jesús Villalobos, en ese entonces director del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para los Trabajadores del Estado (ISSSTE). Tras un paso por la Secretaría de Gobernación, donde se encargó de la dirección de Desarrollo Institucional y Organizaciones Sociales, Solís Acero ocupó un escaño en el Congreso de la Unión por la vía plurinominal, además de que trabajó como secretario técnico de las mesas directivas de la Cámara de Diputados y Senadores.
En la década de los noventas, el reynosense ocupó importantes posiciones dentro del Instituto Federal Electoral, e incluso representó al PRI en el Consejo General a partir del año 2006.
Otro tamaulipeco con amplias posibilidades de entrar de lleno, llegado el momento en la puja por el poder político en Tamaulipas se encuentra dentro del equipo de Peña Nieto; es el matamorense Baltazar Hinojosa Ochoa, designado director de Apoyos y Servicios a la Comercialización Agropecuaria (ASERCA), un órgano administrativo desconcentrado de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA). Licenciado en Economía egresado de la Universidad de Monterrey, Hinojosa Ochoa debutó en el servicio público como asesor de la Dirección General de Documentación, Análisis y Evaluación de la Secretaría de Programación y Presupuesto.
Ahí mismo fue asesor y expositor del programa de información de la política económica de la Subsecretaría de Planeación del Desarrollo, donde también ocupó otros cargos.
En la década de los noventas, durante la gestión de su amigo Rogelio Montemayor Seguy, hizo carrera en el gobierno de Coahuila donde fungió como secretario de Desarrollo Social y subsecretario de Egresos. Concluida la administración de Rogelio Montemayor, Hinojosa Ochoa regresó a Tamaulipas donde fue designado secretario de Educación y luego fue presidente municipal de Matamoros durante el trienio 2005-2007.
Tras registrarse como aspirante a la candidatura del PRI al gobierno de Tamaulipas y posteriormente declinar Hinojosa Ochoa ganó un escaño en el Congreso de la Unión.
Cabe señalar que el matamorense no es el primer tamaulipeco que ocupa esta cartera. Hace unos años el victorense Gustavo Cárdenas Gutiérrez también estuvo al frente de esta oficina, aunque salió corrido bajo una nube de sospechas relacionadas con malos manejos y desvío de recursos.
La lista en el equipo peñista también la integra Cruz López Aguilar, quien fue designado titular de la Procuraduría Agraria. Originario de Camargo, Tamaulipas, López Aguilar ha sido dirigente de la Confederación Nacional Campesina y diputado federal en dos ocasiones, una de las cuales le tocó presidir la Comisión de Agricultura y Ganadería en el Congreso de la Unión.
Su experiencia en el servicio público inició en el año de 1971, como técnico en el Departamento de Estudios Tecnológicos de la Secretaría de Recursos Hidráulicos; además de que ha representando diferentes distritos de riego en varias zonas del país y delegado de la Procuraduría Agraria en el Estado de Chihuahua.
Por su parte, el nuevo coordinador general del Servicio Nacional del Empleo, Carlos Flores Rico, cuenta con una amplia experiencia al interior de su partido, el Revolucionario Institucional, en donde ha ocupado diversas carteras desde que ingresó a sus filas en 1973.
Entre estas posiciones se encuentra la de asesor del Comité Directivo Estatal en el Distrito Federal, delegado General en Nuevo León, delegado Permanente del Congreso de la Unión en la Comisión Parlamentaria Mixta México-Unión Europea, así como en la Confederación Parlamentaria de las Américas, coordinador de Prensa y Secretario General Adjunto del CEN del Partido, coordinador Estatal del Comité Ejecutivo Nacional de la Campaña Presidencial, secretario de Divulgación Ideológica, secretario General del Comité Ejecutivo Nacional del Movimiento Territorial y vicecoordinador de Política Social.
También ha ocupado cargos al interior de la Conasupo, Secretaría de Comercio y Fomento Industrial, Secretaría de Programación y Presupuesto, Programa Nacional Solidaridad y la Secretaría de Desarrollo Social, donde llegó a ocupar la Dirección General para la Regularización de la Tenencia de la Tierra (Corett).
Entre los años 2003 y 2006, Flores Rico fue integrante de la LIX Legislatura Federal, donde fue secretario de la Comisión de Desarrollo Social.
Otro tamaulipeco que se encuentra en esas esferas, es Alejandro Guevara Cobos, quien fue designado coordinador General de Giras y Agenda Privada.
Originario de Ciudad Mante, Guevara Cobos ha sido presidente del Frente Juvenil Revolucionario del PRI en Tamaulipas y a nivel nacional así como diputado federal en dos ocasiones y miembro del equipo de Transición.
Aquí, en la reseña de los cargos ocupados por cada uno de ellos está la abismal diferencia entre un ambicioso pero inmaduro político y aquellos con las tablas suficiente como para gravitar fuertemente en las esferas políticas nacionales y estatales.
Los grupos políticos no afines al proyecto del gobernador esperaban sin duda una hecatombe en las pasadas elecciones, que lo debilitaran políticamente dejándolo a merced de las
fuerzas políticas centrales.
No fue así; si bien no rindió cuentas plenas, logró salvar el escollo.
Con enormes dificultades, dejando en el camino dos importantes municipios y 6 menos importantes en manos de los panistas, se puede decir que “hizo su tarea”
Estos resultados, para el proyecto de Peña Nieto no tiene la importancia que muchos le quieren dar.
El eje sobre el cual gira hoy la agenda del Presidente no son las elecciones municipales –al fín y al cabo, los municipios siguen supeditados financieramente al gobierno estatal- sino las federales. Meter ruido con la sucesión gubernamental, pasando por alto al gobernador y tratar de fijarle una agenda política es sin duda tener una corta visión política aderezada con una gran ambición de poder.