Acarrean lodo…
Por todo Tamaulipas andan en campaña figuras políticas de corte nacional, unos atrayendo votos a sus correligionarios, otros, nomás acarreando lodo, pintándolos como viles saqueadores del presupuesto que, con esos amigos, no merecen siquiera el beneficio de la duda.
Primero llegaron los Senadores del PAN, entre ellos Ernesto Cordero, anduvo a salto de mata, huyendo de reporteros, cámaras y micrófonos que entre su agenda trajeran el preguntarle por los 204 millones de pesos que tenía de presupuesto como coordinador de su bancada en la Cámara Alta y que nadie sabe como utilizó.
Cínico, al fin, a cada pregunta de ese tipo únicamente respondió que tenía un voto de silencio, y no hablaría del tema.
Detrás de él la alcaldesa de Monterrey, Margarita Arellanes, ella si, con otro estilo, por lo menos hablando de Dios y de sus ángeles, pero luego se notó que decía mentiras, que todo se trata de mero ardid publicitario, hasta cuando utiliza a Jesucristo, ella dijo que el PAN tiene en Victoria una ventaja de dos a uno sobre su más cercano rival que es el PRI y lo mismo fue a recetar a otros municipios.
Todos los panistas, invariablemente, se negaban a hablar del robo de varios millones de pesos en el Senado de la República que utilizan los azules para hacer campañas por todo el país, para, con dinero público, tratar de atraerle votos a su partido.
Ayer estuvo en Tampico el dirigente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, su discurso va en el sentido de que siguen trabajando sin confiar en que la división panista les abrirá las puertas del triunfo de par en par.
Obvio es que muchos panistas, priístas, perredistas, del MC, y de más, son vistos con recelo, nadie confía en los políticos de ese nivel, menos cuando llegan en medio del escándalo hasta nuestro Estado, cuando traen mucha mugre y la van dejando tirada a su paso, provocando más desconfianza en el electorado que ganas de salir a votar.
Si, usted sabrá en quien confiar, estaría bien que no le haga tanto caso a esos lidercillos que se mueven al tintineo del dinero, que su único fin es tener más poder para que de ahí brote mayor presupuesto y darse vida de reyes, con muchos lujos, sin merecerlos.
No es posible, por ejemplo, que mientras los panistas vienen a Tamaulipas a acusar a los contrincantes de corruptos a nivel nacional se culpen ellos mismos de haberse robado muchos millones, de ser cínicos, y saqueadores, es decir, si quieren ser buenos jueces deben empezar por limpiar su casa lo cual, parece, no están dispuestos a hacerlo.
La realidad es que los candidatos locales, ante lo desprestigiado de la política nacional, mejor deberían evitar que sus luminarias se acerquen al Estado ya que muchos de ellos están perdiendo votos en lugar de ganarlos, más en el caso del PAN.
Pero además, no hay mejor formula para atraer los sufragios de las personas que ir a sus casas, tocarles la puerta con los propios nudillos, explicarles para que quieren gobernar su municipio o ser diputados locales, que se dejen preguntar y pregunten al mismos tiempo, nada genera más confianza que ver a la gente a los ojos.
Cierto es que todos los que llegan con el sello de dirigentes nacionales o Senadores tienen su poder y pueden ser una llave para atraer más recursos a los municipios y al Estado, pero en este momento representan una pesada losa, una carga, un descredito gratis, y para que los ocupen primero tienen que ganar su elección.
Por eso le repito, no se vaya usted con la finta de las encuestas y los encuestadores, ni de los dichos o silencios de esos dirigentes, mejor, y por cuenta propia, busque a los más decentes, a los más trabajadores, a quienes no traicionen, a ellos deles la confianza de su voto pero no un cheque en blanco, cuando ya estén en sus respectivos puestos vigílelos muy de cerca, y oblíguelos a cumplir sus compromisos.
Muchos de los que ahora andan en Tamaulipas haciendo campaña andan muy sucios, peor el caso cuando nos acarrean más lodo, a esos hay que evitarlos, pero que no le importe, el 7 de julio usted vaya a la urna y emita su sufragio en el entendido de que busca al mejor, o al menos peor, porque de ello depende su futuro, en de sus hijos, su familia, sus vecinos y el de casi todos.