CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
Sonríe…
Poco hay que celebrar en este México lindo y querido si se hace referencia a la niñez, abundan los malos ejemplos de los mayores, el desmadre de país que tenemos obliga que la gran mayoría, por no decir casi todos, obtengan una educación de mediocre a pésima, los servicios de salud los tienen tan abandonados que crece el consumo de drogas de todo tipo, la televisión y los video juegos los están educando, y por si ello fuera poco, muchos se alejan pronto de las escuelas.
Estamos tan de la fregada que lo mejor que le puede estar ocurriéndole a este país es tener más de tres millones de niños, de 5 a 17 años, trabajando en lugar de ser felices, y se lo digo con todo y que la cuarta parte de ellos no obtienen ni 60 pesos al día por sus esfuerzos y a la mitad ni siquiera le pagan, es decir, un millón y medio de niños trabajan por nada.
La situación se lee cruel, pero le repito, es lo mejor que le puede pasar a este país porque por lo menos le permite a las familias no morir de hambre, o conservar en la escuela a los menores, y en muchos casos a alejar de los vicios a los niños aunque en otros casos los empuje a los mismos.
Ahora, las cifras reales deben ser mucho más altas y alarmantes, los datos no oficiales hablan de que uno de cada tres niños que trabaja ya no va a la escuela aunque el INEGI nos cuente que en realidad se incorporan a la producción tratando de obtener dinero para sus casas, luego para sus útiles escolares o pasajes, por ejemplo.
Dice el INEG que en México desempeñan un trabajo económico 3 millones 14 mil 800 personas de 5 a 17 años, de los cuales 67% son niños y 33% niñas de ellos el 25% recibe hasta un salario mínimo, 24% de uno a tres salarios mínimos, el 2% recibe más de tres salarios mínimos y 47% no percibe ninguna remuneración.
También detalla el organismo gubernamental que los principales motivos por los cuales los niños y las niñas realizaron algún trabajo económico son porque en el hogar necesitan de su trabajo, para pagar su escuela o sus propios gastos, y para aprender un oficio.
Ese es México, un país que tiene una enorme deuda con su niñez, el futuro del país anda en los videojuegos, otros pensando en ser sicarios para ser ricos, y muchos más trabajando nomás para enterarse que de todas formas no les alcanza para ir a la escuela y si lo hacen van a competir en condiciones desiguales porque llegan al salón mal nutridos, sin comer, con frío, e incluso bajo los efectos de algunas sustancias.
Le digo, todo es resultado de lo que hacemos los adultos, de los malos ejemplos, los mayores andamos metidos en la corrupción, tanto que no hemos podido controlar la inseguridad y menos generar condiciones para un mejor reparto de la riqueza, o por lo menos, para que las leyes protejan a los niños y de una forma u otra los lleven a la escuela.
Todos fallamos, el gobierno con su poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, al no crear condiciones para que la niñez pueda desarrollar todas sus capacidades en mejores condiciones, para que se obligue a llevarlos a la escuela, la sociedad al no saber elegir esos gobiernos y de paso abonarle a la indolencia entregando a los hijos a la televisión o los videojuegos.
Sector por sector igual todos estamos mal, heredaremos un país a punto de estallar, con maestros en Estados como Michoacán, Guerrero, y Oaxaca sin dar clases y portándose como pandilleros, nomás para citar el ejemplo.
Por ellos, señores, señoras, El Día del Niño debe ser más que una fiesta para los pequeños, debe ser una fecha que nos recuerde nuestros hierros para corregirlos, que nos pueda hacer sensibles y pensar que los niños serán la sociedad del mañana, y que de nosotros depende que sean decentes o se conviertan en una amenaza mayor para nuestros hijos, padres, abuelos, hermanos o conocidos.
Si, urge la fiesta, aplaudible que se realicen eventos donde se les da alegría a todos los niños, más a los que menos tienen.
Si, también es necesario que en las escuelas y en los hogares, siempre en la medida de lo posible, se les den regalitos o pequeños detalles que los hagan sentir importantes.
Pero todo ello es de un día, lo urgente, por lo tanto, es pensar a futuro, en las políticas públicas que los harán mejores, en el ejemplo que habremos de darles, y sobre todo, en crear condiciones para que los niños del mañana no tengan ninguna necesidad de trabajar sino que se dediquen únicamente a lo suyo, a ser felices, y a prepararse para trabajar por ellos, por sus familias, pero más por este México lindo y querido, ¿es difícil?, no, no lo es, por lo pronto es cuestión de analizar, y de empezar a trabajar, a como están las cosas, creo que el primer paso es sonreír pero lo demás será más sencillo, ya lo verá..
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