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Se ríen del gobierno

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Historias de reportero | Carlos Loret de Mola

Primer acto.Hay una foto que tienen las autoridades mexicanas. No ha circulado en los medios de comunicación. Forma parte de uno de los expedientes más resguardados del país.

Aparecen de espaldas dos personas vestidas a la usanza de los jeques árabes. Caminan con seguridad a un lado de tres coches deportivos de gran lujo, entre ellos un Mercedes y un Maserati.
Los investigadores señalan que están en Las Vegas, en ocasión de la pelea estelar de box entre el estadounidense Floyd Money Mayweather y el argentino Marcos Chino Maidana. Fue a principios de mes.

Las autoridades aseguran —es imposible comprobarlo con la pura imagen— que son dos de los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
La conclusión es que mientras su padre debía esconderse entre túneles, comer en plásticos de tupperware, usar vehículos discretos y vivir a salto de mata, cuando hoy por hoy apenas pasa unos minutos diarios al sol en el penal de máxima seguridad del Altiplano, los hijos gozan de los millones de dólares que amasó su progenitor gracias al narcotráfico.

En las declaraciones de El Chapo consta un augurio: dice que su captura no disminuirá ni tantito el tráfico de drogas ni la violencia en el país, porque otros se harán cargo de la organización. Incluso adelanta que el manejo de su cártel quedará en manos de Dámaso López Núñez El Licenciado, quien fungía como director de Custodia y Seguridad del penal de Puente Grande, Jalisco, cuando El Chapo se fugó.
Segundo acto.

El fundador del temido cartel de Los Zetas, Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, está también en el penal del Altiplano. Tiene poco más de 40 años de edad y está tranquilo, según sus declaraciones ante la autoridad.
De acuerdo con lo que revelan fuentes del más alto nivel, El Z-40 ya realizó su cálculo: va a salir de la cárcel ya viejito y a disfrutar de su dinero. “Tengo para las próximas siete generaciones”, se mofa ante los Ministerios Públicos que le toman su testimonio. Y además les dice que su negocio sigue funcionando, que su hermano Alejandro, apodado El Z-42, sigue operando la organización, sigue haciendo dinero.
Tercer acto.
Han sido espectaculares los golpes que ha dado el actual gobierno federal mexicano contra famosos cabezas de las más importantes organizaciones criminales en México.
Sin embargo, las esposas, novias, hijos, familiares, secuaces de los más temidos narcotraficantes del país siguen disfrutando a lo grande sus multimillonarias ganancias ilícitas. Y eso, desgraciadamente, incentiva a mucha gente a apuntarse en las filas de los carteles.
Es necesario secar las ganancias ilícitas de los capos —cuentas, efectivo, coches, casas, ranchos, cualquier propiedad— y dejar sin cobertura de bienes ilegales a sus seres queridos y cómplices para desmotivar a la comisión del ilícito.
Los financieros y políticos también tienen que hacer su parte en erradicar la violencia de México y resolver las causas por las que la Ley Federal de Extinción de Dominio no ha sido la herramienta eficaz que se planeó.
Saciamorbos
En una de esas Oceanografía termina con alas.

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