El aborto divide en su debate a los aspirantes de Acción Juvenil del PAN; los une EPN: descuida a los jóvenes, dicen
“¿A qué le tiene miedo?”, preguntó la aspirante a dirigir Acción Juvenil del Partido Acción Nacional (PAN), Fernanda Caso Prado, a su contrincante Everardo Padilla Camacho.
La frase rompió las reglas acordadas para el debate entre los candidatos y le puso sazón al encuentro que sostuvieron, junto con Felipe Rodríguez Salazar, rumbo a la elección de dirigente juvenil del PAN. “Me gustaría preguntarle por qué tomó la decisión de impugnar mi candidatura, a qué le tiene miedo, si le tiene miedo a que soy mujer, si le tiene miedo a mi proyecto, si le tiene miedo a la competencia, o si le tiene miedo a la democracia, porque lo que él está buscando, lo que tú estás buscando Everardo.
Es una imposición, que a través de triquiñuelas legaloides se dirima una dirigencia juvenil”, lanzó su dardo Caso Prado, sin abandonar su sonrisa.
La intervención de la joven panista de 23 años, estudiante del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), le valió que la moderadora, Margarita Martínez Fisher, más nerviosa que cualquiera de los participantes, le llamara la atención. “Candidata, le voy a pedir concentrarnos en las ideas y las propuestas y no en otro tipo de elementos”, le dijo la ex asambleísta.
Padilla no respondió. Al ver eso, Caso Prado volvió a salirse de las reglas y volvió a la carga. “Al parecer al compañero no sólo le da miedo competir, sino responder”, dijo. Padilla, de 25 años, quien acudió al debate impecablemente vestido y lució también sonriente a lo largo de todo el encuentro, respondió hasta su última intervención, con la que el debate concluía. “Como tú viste hoy, a cada ataque respondo con una propuesta”, dijo a los que prefirieron ver el debate juvenil panista en lugar del inicio del juego de futbol que tiene a México prácticamente fuera del Mundial.
Al término del debate, tanto Caso como Prado se declararon ganadores en el debate, previo a la elección de dirigente juvenil, proceso que se ha vuelto una extensión de las pugnas que sostienen los panistas mayores.
La candidata lamentó que Padilla no diera respuesta a sus cuestionamientos, y él por su parte dijo que no respondió porque no es el espacio y el partido necesita unidad.
Caso es apoyada por el Senador Ernesto Cordero Arroyo y se le vincula con el grupo de Felipe Calderón Hinojosa, ya que trabajó para la esposa del ex Presidente, Margarita Zavala Gómez del Campo; a Padilla, regidor por Metepec, Estado de México, se le liga con la actual dirigencia panista encabezada por Gustavo Madero Muñoz; en tanto Rodríguez Salazar, ex secretario de organización de Acción Juevenil, tiene entre sus amistades al operador electoral Jorge Manzanera Quintana, crítico constante de Madero Muñoz.
ABORTO, POSTURA INNEGOCIABLE Everardo Padilla.
El debate se distinguió por un cuidado de las formas entre los tres candidatos, y la presentación de sus respectivas propuestas. Pero hubo un tema que confrontó a los dos candidatos y la candidata ya no expresó su postura. Se trata del aborto.
El formato sólo contempló que cuando se expuso el tema sólo tenían el turno Padilla y Rodríguez Salazar, y Caso ya no lo retomó. Martínez Fisher preguntó a Padilla: “¿Crees que es necesario fortalecer entre los jóvenes los valores que protegen la vida humana, desde la concepción hasta la muerte natural?”.
Padilla respondió de la manera siguiente: “Todos los jóvenes de Acción Nacional debemos tener las herramientas argumentativas a la mano para defender este derecho en cualquier espacio, en cualquier escuela, en cualquier debate, en cualquier foro.
Tenemos que actualizarnos, documentarnos, tenemos que preparar a los jóvenes para que defendamos el derecho a la vida, tanto con los argumentos como con las acciones necesarias, a fin de que sea garantizado este derecho en los estados que gobernamos, pero también en los que no gobernamos. Ese es un reto de los jóvenes del PAN que se ha ejercido a cabalidad hasta el momento.
Estoy seguro que la generación que estamos hoy en Acción Juvenil seguiremos defendiendo este derecho hasta sus últimas consecuencias Rodríguez Salazar le replicó con otra postura. “Estoy seguro que si una persona, en este caso una mujer, llega a incurrir en un aborto, en Acción Nacional debemos mantenernos al margen y respetar una decisión que pueda tomar una mujer de esta naturaleza. Lo que a Acción Nacional le corresponde es implementar políticas públicas en materia de prevención de embarazos no deseados y en materia de educación sexual”, dijo el egresado de Ciencia Política de la Universidad de Guadalajara.
Padilla mantuvo su postura. “Mantenerse al margen es complicidad frente al ataque de estos principios. Por supuesto no hay que mantenerse al margen. Tenemos que ser decididos, defender la vida es deber y obligación de todos los panistas, así lo marcan nuestros documentos históricos, así lo mandatan nuestros fundadores , así se ha mantenido en el Consejo Nacional y en todos los órganos directivos de este partido ese principio, como no negociable”. Los tres candidatos coincidieron en que el PAN debe atender además de los jóvenes panistas, a los que no pertenecen al partido y que en su opinión tiene desatendidos el gobierno del Presidente Enrique Peña Nieto.
Padilla dijo que en caso de llegar a la dirigencia buscará abanderar causas de jóvenes que no creen en la política. Según sus datos, ocho de cada 10 jóvenes están decepcionados de la política. El candidato nacido en Ciudad Hidalgo, Michoacán, consideró que los jóvenes no son escuchados por el gobierno de Peña nieto, y él, al frente de Acción Juvenil buscaría que volteen al partido y lo vean con puertas abiertas.
Para Caso es necesario que el partido atraiga los liderazgos de jóvenes que no pertenecen al partido. Consideró que AJ debe asumir causas más grandes que los problemas internos, ante la problemática de miles de jóvenes sin empleo ni oportunidades educativas.
Según Rodríguez Salazar, la mejor manera de acercarse a los jóvenes es a través de recuperar su confianza.
En su mensaje final, la primera en despedirse fue Caso Prado, que aprovechó para mandar un mensaje al partido en el poder. “Hoy le digo al PRI, aquí estamos los guerreros”. Le siguió Rodríguez Salazar quien pidió recuperar la confianza hacia los jóvenes, y afirmó que su candidatura iba por los jóvenes. “Va por ti”, dijo casi a grito pelado. Padilla les dijo a los jóvenes y a sus contendientes que el partido los necesita unidos, y expresó su decisión de ser “el mejor secretario en 74 años”.
LA RIGIDEZ “Soy antipriista”, dijo en entrevista con SinEmbargo Felipe Rodríguez Salazar
El debate inició media hora después de lo programado. Tuvo problemas en su transmisión, y como ocurre en los debates de los “mayores”, tuvo un formato rígido que una roca, por lo que las programadas réplicas por su brevedad eran aprovechadas para extender las propuestas de cada uno. La única ventana para la “espontaneidad” fue el acuerdo de que responderían a la pregunta más retuiteada durante el debate.
Para ser francos, Twitter no se colapsó por las preguntas ni éstas se convirtieron en Trending Topic. Caso acudió a la cita con un vestido color hueso, y sacó provecho a su silueta delgada. Lució juvenil y sonriente.
En sus cuestionamientos a Padilla no abandonó la sonrisa, aunque su mirada se volvía inquisitoria. En contraste, Rodríguez apareció acartonado, con escaso movimiento de sus manos, y su corbata lucía aflojada. Padilla movía ambas manos, y parecía más espontáneo.
El formato cuadrado impidió ver las reacciones de los candidatos aludidos, ya que sólo al inicio del debate, cuando el presidente del partido Gustavo Madero les dio la bienvenida, aparecieron todos juntos. Nada de caballerosidades: Madero flanqueado por Rodríguez y Padilla.
Caso, hasta la orilla.
Pero al iniciar el debate, sólo aparecía a cuadro el candidato que tuviera su turno. En ocasiones, de manera involuntaria, la moderadora Margarita Martínez Fisher les robó cámara, con sus confusiones y con su carraspera que en un momento le impidió hablar.
Como quien dice, se le salieron los gallos. Al final del debate los tres se tomaron juntos una foto, en la que aparecían sonrientes y abrazados, como dictan las reglas de convivencia política.
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