CENA DE NEGROS
Marco A. Vázquez
El gobierno de Estados Unidos entregará la Medalla a la Libertad 2013 al mexicano Mario Molina Montes, premio Nobel de Química en 1995 y autor de las primeras teorías respecto al daño que causan algunos productos a la capa de ozono, que de no haber sido descubierto en aquellos años quizá ya habrían provocado la desaparición del planeta o por lo menos de muchas especies.
Molina es un hombre de ciencias, estudio en la UNAM grado de ingeniería, posteriormente lo hizo en Alemania y Estados Unidos, hasta llegar al Tecnológico de Massachusetts donde junto con dos investigadores más,(de la Universidad de California y Alemania)se ganaron el Nobel de Química.
Lo triste es que triunfó en Estados Unidos y no en México, que fue allá donde se le abrieron los presupuestos y las puertas para desarrollar conocimiento, investigaciones que han contribuido a que la humanidad este mejor.
Molina, además ha desempeñado cargos en el gobierno de Estados Unidos, es decir, tampoco en México se le ha dado oportunidad de desarrollar su talento en ese aspecto.
La historia de éxito de Molina Montes se parece mucho a la de infinidad de atletas y científicos que han hecho vida y fortuna en “el otro lado”, hombres que el sistema mexicano apabullo, bloqueo, y hasta expulsó del país a base de negarles presupuestos y oportunidades.
Así, mientras la vida de científicos como Molina Montes seguía en ascenso en otras partes del planeta, en México crecía el poder y la fortuna de Elba Esther Gordillo, Carlos Romero Deschamps, los Salinas de Gortari, e infinidad de políticos más y al mismo ritmo la pobreza de la población en general.
La lógica dice que los hombres de talento le estorbaron, y acaso le estorban, al sistema político mexicano y quizá sea porque en lugar de generar votos generan nuevas formas de aprovechar los recursos sanamente, sin que alguien se los tenga que robar para uso personal o de unos poquitos.
No es fortuito que mientras los científicos mexicanos se desarrollaban en el extranjero, generaban conocimientos que se convertían en dinero para otros países, aquí en México la gente se hacía más pobre, los datos son contundentes, hoy más de 48 millones 300 mil mexicanos viven en esa condición, casi 10 millones de mexicanos no tienen ni para comer, menos para vestir y ni soñando se pueden curar una gripa o anemia con medicamentos.
Todo viene a colación porque, a pesar de que este México lindo y querido se derrumba, todavía tenemos tiempo de cambiar las cosas, de abrir las puertas al talento, de darle la oportunidad a los más capacitados de ser felices con sus ideas e invenciones, porque solo así se va a generar conocimiento que se transformará en riqueza en México, más empleo, menos pobreza.
México se nos cae porque aquí las únicas mentes que se pueden desarrollar son las perversas, las que crean la maldad, los que incentivan la corrupción a base de repartir un poco de billetes para todas las autoridades.
Por eso es que las universidades del país están muy atrasadas, porque apenas van cambiando los pensamientos y la idea de protegerlas y blindarlas para que puedan desarrollarse sin la intervención de malas personas.
¿Se puede?, si se puede, basta con cambiar nuestro sistema educativo, refundarlo, destruir todo lo malo a base de indemnizar a los incompetentes, bloquear a los dirigentes sindicales nefastos y evitar que ocupen puestos de alto nivel en la administración pública personajes que solo saben de grilla.
Ese sería un buen principio, y le repito, todavía hay tiempo, todavía se puede lograr que el siguiente Mario Molina Montes sea reconocido por sus trabajos en México, que sea aquí donde genere el conocimiento y la riqueza, y que esta clase de personajes sean más comunes y no tanto un garbanzo de a libra.
En otras cosas… a pocos días que se vayan los actuales alcaldes el gobernador Egidio Torre Cantú está recorriendo todos los municipios de Tamaulipas para agradecer las cosas buenas, y de paso, observar las cosas malas y recibir opiniones de la gente.
Hay contacto con el pueblo, entrega obras o inicia algunos trabajos que marcaron como prioridades las actuales administraciones, agradece, y eso de una u otra forma fortalece su figura.
De pronto se nota que este Tamaulipas va muy bien, en otras ocasiones que va bien, y por supuesto, existen algunos rubros en los que hay que mejorar y otros de plano cambiar las cosas, pero la ganancia es que ahora la población está más metida, y eso significa confianza y en esas circunstancias, significa que vamos bien porque solo así se beneficia a todos.
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