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“A la presidenta Claudia Sheinbaum de pronto se le borro la sonrisa”

Por: Vicente Hernández

“Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una complicidad vergonzosa”
«Víctor Hugo»

Durante la llamada “Mañanera del pueblo” del dos de junio, la presidente Claudia Sheinbaum Ante los medios de comunicación reunidos en el Salón Guillermo Prieto de Palacio Nacional celebró muy sonriente, como un hecho histórico la jornada electoral del pasado domingo, en la que se eligieron por primera vez jueces, magistrados y ministros mediante el cacaraqueado voto popular, pero fue más allá al agregar que se trató de un ejercicio democrático exitoso (¿?)

¿De verdad señora presidenta? aunque efectivamente si fue un ejercicio exitoso y digno de celebrar para usted, para Morena para el 13% que llevaron a votar, y para los que estaban anotados en la lista que siempre estuvo encima de su escritorio, pero no para el 87% de los mexicanos que no acudimos a votar, por considerar que estas “elecciones históricas” no eran otra cosa que darle legitimidad a los candidatos, que con la complacencia del INE fueron promocionados mediante coloridos acordeones, indicándoles principalmente a los beneficiados de los programas sociales del gobierno por quien habrían de votar, lo que al final del día les dio un buen resultado, conformando lo que en lo sucesivo será conocida como “La suprema corte del acordeón”.

De acuerdo a los últimos conteos rápidos, el nombre que aventaja en la carrera rumbo a ocupar la presidencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), es Hugo Aguilar Ortiz, quien aparecía en los acordeones que fueron entregados en varios estados, y estos habrían sido entregados (como ejemplo) por personas vinculadas a sindicatos o instituciones educativas en Michoacán, donde trabajadores sindicalizados de la Universidad Tecnológica de Morelia (UTM), habrían repartido boletas previamente marcadas con las opciones “sugeridas” para esta inédita elección del Poder Judicial, y si a esta acción concertada le añadimos, que durante sus giras de trabajo por varios partes de la república, la presidenta Sheinbaum mencionaba el nombre de Hugo Aguilar con el mensaje o “línea” para que este llegara a ocupar un lugar en la SCJN, línea que los gobernadores de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, además en el norte como Baja California, Sonora o Tamaulipas entre otros, así como operadores políticos y presidentes de Morena estatales, entendieron y operaron para que Hugo pudiese alcanzar los mas de cinco millones de votos, que podrían convertirlo en el próximo ministro presidente de la corte.

Esto de acuerdo a las reglas establecidas y sabidas por los participantes, y por esta razón la presidenta se le vio triunfalista, a pesar de que casi en su totalidad el pueblo de México se mostro apático a las elecciones del 1° de junio, pero si bien el candidato de doña Claudia aventaja a su mas cercana competidora Lenia Batres Guadarrama, a última hora en conferencia de prensa, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que existe una regla en la Constitución, que establece la paridad de género en la presidencia de la Corte, por lo que pidió esperar a que el INE analice quién ocupará dicho cargo.

Esto es lo que dice la presidenta Sheinbaum, sin embargo la Revista Proceso publico que revisó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos reformada por Morena y aliados, donde no sólo no existe la regla de paridad aludida por la mandataria federal, sino que, en contradicción con toda la reforma judicial, continúan vigentes las reglas de renovación de la Presidencia de la Corte que se establecieron desde hace 30 años, así lo establece el tercer párrafo del artículo 94 constitucional que a la letra se puede leer “La Suprema Corte de Justicia de la Nación se compondrá de nueve integrantes, Ministras y Ministros, y funcionará en Pleno. Su presidencia se renovará cada dos años de manera rotatoria en función del número de votos que obtenga cada candidatura en la elección respectiva, correspondiendo la presidencia a quienes alcancen mayor votación”.

Esta declaración de la presidenta Sheinbaum, deja una vez más en claro, que los guiones de la política nacional los sigue escribiendo desde algún rincón de palenque, el ex presidente López Obrador, ya que su candidata para ocupar la presidencia de la SCJN fue y sigue siendo Lenia Batres Guadarrama, y no el candidato de Claudia Sheinbaum Hugo Aguilar, así que después de un “jalón de orejas” que recibiera Claudia del tabasqueño, no le quedó más remedio que recular y desdibujar la sonrisa triunfalista, y finalmente tendrá que respaldar a la candidata que López Obrador impondrá, aun en contra de la ley, porque en estos tiempos de esplendor de la cuarta transformación, sigue estando vigente el clásico “A mi no me vengan, conque la ley es la ley”

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