Con información de Uno Tv
La activista ecologista sueca Greta Thunberg se encuentra bajo juicio en Londres por desobedecer a la policía durante una manifestación en octubre contra empresas de hidrocarburos reunidas en la capital británica. El fiscal Luke Staton explicó que Thunberg fue arrestada por desacatar la orden de la policía de no bloquear la calle donde se llevaba a cabo una protesta contra el Energy Intelligence Forum.
Thunberg, de 21 años, se declaró inocente en una comparecencia previa en noviembre. Fue detenida el 17 de octubre por desacatar la orden policial durante una protesta contra ejecutivos de las principales compañías de gas y petróleo en el elegante distrito londinense de Mayfair.
La activista, conocida por sus «huelgas escolares por el clima», se enfrenta a una multa de hasta 2,500 libras (aproximadamente 3,172 dólares) por los cargos presentados. En total, 26 personas, incluida Thunberg, están siendo procesadas por la misma razón, todas detenidas durante la manifestación.
Durante el juicio, Thunberg, vestida con una camiseta gris y un pantalón negro, no ocultó una sonrisa burlona cuando el fiscal Staton destacó que los acusados protestaron mientras los líderes del sector petrolero y del gas discutían sobre «soluciones sostenibles» para la energía.
Los activistas procesados fueron recibidos por simpatizantes a su llegada al tribunal, portando carteles con lemas como «Londres libre de fósiles» y «La protesta climática no es un delito».
Thunberg fue detenida previamente el 17 de octubre por desacatar la orden policial durante una protesta contra ejecutivos de las principales compañías de gas y petróleo en el distrito londinense de Mayfair. En esa ocasión, la activista denunció que los políticos hacían acuerdos con los «lobistas del destructivo sector de los combustibles fósiles».
Desde entonces, el gobierno británico ha otorgado nuevos permisos de exploración de petróleo y gas, generando preocupaciones sobre mensajes contradictorios en relación con los compromisos climáticos. Organizaciones ecologistas han expresado inquietud, señalando que estas acciones empañan la influencia internacional del Reino Unido en asuntos climáticos.
