La sequía se ha convertido en una amenaza creciente para México, con 17 estados, incluido Tamaulipas, declarando un estado de emergencia debido a la falta de lluvias y la disminución en los volúmenes de precipitación pluvial. Legisladores de la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados han hecho un llamado a la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y los gobiernos estatales para abordar esta crisis climática.
El diputado federal por Tamaulipas, Juan González Lima, ha subrayado que la escasez de lluvias y la disminución en los volúmenes de precipitación pluvial han agravado la sequía en todo el país. Esta situación está poniendo en riesgo las actividades agrícolas y ganaderas, especialmente en las regiones del noroeste, norte, occidente y centro de México.
El promedio de almacenamiento en las presas del país se encuentra en un 49% de su capacidad total de embalse, y esta cifra tiende a disminuir debido a la falta de lluvias. Este escenario ha generado preocupaciones en el sistema productivo en general, con un impacto significativo en la agricultura y la ganadería.
La falta de agua para riego está llevando a reducciones en la superficie de siembra y a pérdidas en la productividad agrícola. La ganadería también se ve afectada, con la pérdida de hatos debido a la sequía constante en los últimos años.
El diputado González Lima ha advertido que la situación podría empeorar, ya que los pronósticos de lluvias futuras no son alentadores, y la demanda de agua está en aumento debido al crecimiento de la población.
La sequía en México es una crisis climática que requiere una respuesta inmediata y coordinada a nivel nacional. Las medidas para abordar este desafío incluyen la adopción de prácticas agrícolas sostenibles, la inversión en infraestructura de almacenamiento de agua y la promoción de la conservación del líquido vital.