Concreta Gobierno limpia de aviadores
*El Secretario de Administración aseguró que las dependencias ya no reportan personas que estén en nómina sin desempeñar actividades, pero mantienen una revisión constante
CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Luego de dos meses y medio del inicio de la presente administración, las dependencias del Estado ya no reportan personas que estén en nómina sin desempeñar actividad alguna (aviadores), aseguró el Secretario de Administración.
“Sí detectamos algunos (aviadores), pero presumo que ya no tenemos ni un aviador, no deja de ser una presunción, porque de pronto fulano de tal y resulta que nadie lo conoce y hasta entonces nos damos cuenta, pero en general en el área nuestra, casi no”, dijo Jesús Lavín Verástegui.
En el caso de la dependencia a su cargo, recordó que son casi mil 700 empleados, pero como en todas las dependencias estatales, se lleva a cabo un pase de lista diario con la finalidad de que todo el personal esté asistiendo a laborar.
“Cada dirección lo baja a sus departamentos para estar verificando que esté el personal, hay muchas experiencias, había gente que en la mañana checaba, se metía a una puertita y se encerraba a dormir, en la mañana se levantaba y se iba, era velador”.
Explicó que en el caso de aquellos empleados que no asistan a laborar en tres días, se les levanta un acta circunstanciada al cuarto día, y se da inicio a un proceso para darlo de baja.
En otro tema, el Secretario de Administración apuntó que en el caso de las rentas que el Gobierno mantiene, se encuentran realizando un estudio de los metros cuadrados que están en arrendamiento.
“Estamos sacando los metros cuadrados, para que de conformidad definamos primero, qué cuestiones se pueden dividir, vamos a suponer que en n área donde hay 250 metros cuadrados de construcción, solo esten dos o cuatro personas, es incongruente”.
La finalidad, explicó es que con base en los resultados de este primer análisis, se pueda adelgazar la estructura de los arrendamientos que el Gobierno del Estado mantiene para oficinas y bodegas.
Por Perla Reséndez