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2022; Año fatídico para Cabeza de Vaca Por:Mauricio Fernández Díaz

Cabeza de Vaca se debilita ante el PAN y peligra su aspirante

Ciudad Victoria.- Para Francisco García Cabeza de Vaca, el año pasado fue de fracasos y preocupaciones. Ahora, 2022 no le promete un lecho de rosas. Ha perdido el timón de asuntos trascendentes para su persona: el liderazgo en el Congreso Local, la inmunidad contra una orden de captura cuando deje el gobierno, y la sucesión de su mandato.

Cabeza de Vaca se ha enfrentado al Presidente López Obrador, a los candidatos de Morena en Tamaulipas, y ahora se apresta a reñir con el más inesperado de todos: el PAN, su propio partido.

Pocas veces tiene uno la oportunidad de atestiguar el arco de vida de una figura pública con su principio, su ascenso y su caída. Porque es momento de aceptar que Cabeza de Vaca acabará mal la historia que empezó en 2004, cuando ganó su primera elección, la de alcalde de Reynosa.

El gobernador tendrá su propia ‘cuesta de enero’, su camino pesado y difícil de inicio de año, a causa de la convocatoria para elegir al candidato del PAN que competirá por la gubernatura. El documento se publicó justo el 2 de enero, fecha de partida de las precampañas, y de inmediato dio lugar a numerosas especulaciones.

En la mente de Cabeza de Vaca anida una idea única y absoluta: convertir a César Verástegui en su sucesor. A este hombre, su secretario General de Gobierno, le permitió crear una agrupación estatal para autopromoverse. Le permitió, esa es la verdad, ya que esta clase de activismo no ocurre sin el consentimiento del jefe del Poder Ejecutivo.

Pero al deseo del gobernador le ha obstruido el paso Marko Cortés, el presidente nacional del PAN. Designar al sucesor es una facultad del Comité Ejecutivo Nacional, no de las dirigencias estatales. Cortés no busca chocar con Cabeza de Vaca por esta designación sino asegurarse de tomar la decisión adecuada. Si ambos personajes coinciden en la misma propuesta, la presidencia del PAN la respaldaría. No hay, pues, consigna automática contra el reynosense. Sin embargo, el aspirante debe ser competitivo, gozar de buena reputación y ubicarse en las preferencias de la gente. Esto precisa de un estudio riguroso, imparcial y objetivo, y el líder tamaulipeco no congenia con esta modalidad, sino más bien con el rústico y unipersonal ‘dedazo’.

Marko quiere competencia; Cabeza de Vaca, control. Marko quiere al mejor aprobado por la gente; Cabeza de Vaca, a su aspirante.

En tanto llegan a un acuerdo, el PAN nacional ha emitido la convocatoria de registro de aspirantes a esta candidatura, y ahí se refleja más el propósito de seleccionar a uno de varios que a un solo precandidato. El proceso de inscripción queda abierto del 2 de enero al 10 de febrero, en coincidencia con el calendario oficial de precampañas.

La Comisión Organizadora Electoral Estatal del PAN podrá hacer propuestas, con la votación de las dos terceras partes de sus integrantes, al Comité Ejecutivo Nacional, y tiene como plazo hasta el 25 de febrero. Pero la decisión final del candidato la tomará la Comisión Permanente del Consejo Político Nacional del CEN.

Al Comité Estatal del PAN le está permitido enviar una tercia de aspirantes por orden de prelación o prioridad. Así lo marca la convocatoria, y es un signo de la intención de seleccionar entre varias opciones y no de jugárselas con uno solo. Luego, el nacional podrá descartar a uno por uno, si esa fuera su decisión, hasta pedir una cuarta propuesta al estatal. Si esta tampoco resulta elegida, le aceptará una tercia más. Por último, si esto no funciona, el CEN tomará la decisión por su cuenta.

Con esto, todos los festejos y grandes reuniones que le han adelantado al ingeniero Verástegui resultan en vano. Esa multitud no elegirá al candidato.

Quien tiene serias posibilidades es Chucho Nader Nasrrallah, como lo advirtió el dirigente estatal del PRI, Edgar Melhem. En las encuestas nacionales de aprobación, el alcalde de Tampico obtiene altas calificaciones y es identificado por los ciudadanos. Nader, además, es cercano a Marko Cortés y ha pedido un proceso transparente, aunque no ganara él, pero transparente al fin. Y eso es lo que Cabeza de Vaca, precisamente, no le garantiza. El gobernador hace hasta lo prohibido con tal de apoyar a su favorito, el secretario general del Gobierno, aunque no reciba la atención nacional del tampiqueño ni sea el mejor posicionado. También juega con su hermano Ismael García Cabeza de Vaca, senador del PAN, en caso de que se caiga su protegido.

Si el CEN del PAN se muestra intransigente con esos dos, podría echar mano de Enrique Rivas, Gerardo Peña o de cualquiera del círculo más cercano.

¿Por qué le causa esta humillación la presidencia nacional panista a Cabeza de Vaca? Porque ha de ser: por pérdida de confianza, por castigo a los fracasos electorales recientes y por justicia. El gobernador asumió el mando total del proceso de 2021 para elegir alcaldes y diputados del Congreso Local, y metió al partido en una crisis. Perdió el liderazgo del Poder Legislativo y perdió municipios importantes como Nuevo Laredo, Reynosa, Victoria y Altamira.

La marca Cabeza de Vaca, el logotipo de la testa vacuna y la señal de los cuernos con la mano, han perdido fuerza, interés y admiración de la gente. Antes, eran signos de victoria, de liderazgo y optimismo. Hoy, representan decepción, si no vergüenza, por el cúmulo de denuncias de corrupción, malos resultados y hasta agravios a los ciudadanos.

Cabeza de Vaca ya saborea la primera derrota de 2022: el rechazo de simpatizantes panistas.

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