Marcelo y los verdes, alianza segura para 2024
Entre Marcelo Ebrard y los dirigentes del PVEM hay una relación no sólo estrecha, sino de compromiso político que se remonta a los orígenes y las asambleas fundacionales de ese partido. Desde el gobierno del entonces Distrito Federal, donde era el principal operador político del regente Manuel Camacho Solís, Ebrard coordinó toda la operación para la Asamblea Fundacional del Partido Verde en la Ciudad de México en 1993, año en el que nace el actual partido, luego de que el original, fundado por Jorge González Torres en 1986, había perdido el registro en los comicios federales de 1991.
Así, de la mano de Ebrard y Camacho, y con una total lealtad y agradecimiento de Jorge González Torres y de su hijo Jorge Emilio González, el llamado “Niño Verde”, surgió el partido que después se volvería aliado estratégico del PRI, luego del PAN y finalmente de Morena, donde hoy milita también el actual canciller. Su gran cercanía con los González, padre e hijo, se reflejó en la candidatura a diputado federal que le dieron a Marcelo en 1997, misma que lo llevó por la vía plurinominal a ser integrante de la histórica 57 Legislatura en la que, por primera vez, se creó una mayoría de oposición, con el bloque de partidos que se unieron contra el PRI y el gobierno de Ernesto Zedillo.
Esos nexos y la estrecha relación entre el titular de Relaciones Exteriores y los dirigentes del PVEM se mantienen hoy en día y la prueba es que varios cercanos de Ebrard, de los que acudieron recientemente a su destape en una casa de Ocoyoacac, Estado de México, serán diputados por el Verde. Es el caso del operador marcelista, Javier López Casarín, que será diputado federal, y Juan Carlos Natale, quien será diputado al Congreso local mexiquense; este último fue quien hizo público en un tuit el autodestape de Marcelo el sábado pasado.
Es tan real esa relación entre el actual canciller y aspirante presidencial y los verdes, que él mismo ha comentado a sus cercanos que él ya tiene habilitado “el carril del Verde” y que sería un partido que apoyaría totalmente sus aspiraciones. “El compromiso de Jorge Emilio es jugar con Marcelo hasta el final. Tiene un carril para llegar hasta donde quiera llegar, por eso colocó a sus cercanos en diputaciones del PVEM. Su anunciada aspiración cuenta con el compromiso de Jorge Emilio, pase lo que pase y decida lo que decida Morena”, nos comentó un alto dirigente del Partido Verde.
Así que el autodestape de Marcelo, ayer, fue validado y legitimado por el presidente López Obrador que le permitió al canciller explicar las razones que tuvo para organizar la comida en la que hizo públicas sus aspiraciones. Eso sí, Ebrard fue ayer tan cauteloso o más de lo que fue en su comida y frente al Presidente le reiteró su “agradecimiento” por haberlo tomado en cuenta, al tiempo que aclaraba que “faltan dos años y medio, dediquémonos a trabajar, respetemos a los demás, actuemos en función de eso y no perdamos la concentración en lo que estamos haciendo. Seamos consistentes, perseverantes y leales. Y, por supuesto, que cuando lleguen los tiempos estemos preparados para participar de acuerdo a las reglas que en su momento se tengan”.
Es decir que Marcelo Ebrard, con el colmillo político que le caracteriza, hizo un movimiento estratégico para que se le vea ya como un precandidato seguro al 2024 y no dejarle el campo solo a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum. Pero eso sí, frente al Presidente jura que será leal, perseverante y consistente. Y así, mientras espera más de dos años para que se definan las reglas de Morena -que ayer dijo Mario Delgado elegirá a su candidato presidencial a través de encuestas- el canciller sabe bien que ya tiene habilitado un carril a la nominación presidencial, independientemente de lo que decida Morena, y ese es el del PVEM… Lanzamos los dados. Serpiente y caída libre.