Por Oscar Díaz Salazar
La revista de circulación nacional “Proceso”, la más influyente del país en temas políticos, en las ediciones semanales de diciembre de 2020, ha sacado a la luz pública al empresario reynosense, Baltazar Resendez Cantú, un constructor -entre otras de sus actividades empresariales- que se conduce con perfil bajo, con mucha discreción.
El Balta, El Balti o el Baltin, son algunas de las maneras como le llaman sus amigos y conocidos, a este empresario cincuenton, hermano de Esiquio «Chico» Resendez, más conocido por haber incursionado en la política, en la que fungió como gerente general de la COMAPA Reynosa. Es secreto a voces que el «Chico» Resendez es compadre de pila de un personaje que fue jefe de jefes, en la poderosa organización cuya nomenclatura está inspirada en el mar que baña nuestras costas.
Lo primero que supe del Balti, años atrás, fue que era el propietario de una residencia ubicada por el rumbo de la colonia Las Fuentes. A un costado del recinto oficial del sindicato de maestros, justo a lado de donde operaba un restaurante donde desayunaba con frecuencia, vi cómo se fue levantando, a marchas forzadas, la suntuosa mansión construida con materiales muy lujosos: canteras, mármoles, canceles de aluminio de primera, cristales, recubrimientos de paredes etc., etc.
Después supe que él Balta Resendez tuvo el acierto de asociarse con un personaje que militó en el PAN y que lo acercó con los funcionarios indicados para que su empresa ganara las licitaciones de obra pública y prestación de servicios que lo hicieron millonario, esto en los dos sexenios en los que gobernó el PAN.
Un par de años atrás, me enteré que Baltazar Resendez compró el restaurante «La Mansión del Prado», que tal vez es el restaurante más lujoso, el más grande y el que cuenta con mejores instalaciones de Reynosa y la region.
Contrario a mi creencia, y a la de muchas personas interesadas en la política local, me dicen que el avión que utilizaba Francisco Garcia Cabeza de Vaca, siendo candidato a gobernador, no era el del constructor Rolando Cantú Barragán, sino el de Batazar Resendez Cantú.
Recientemente me enteré que Baltazar Resendez, en ese afán de mantenerse con bajo perfil, contrató los servicios de un despacho, con domicilio en España, para «limpiar su nombre» en las publicaciones digitales. Una periodista de Tamaulipas, Martha Olivia López Medellín, Directora del portal “En un 2 x 3 Tamaulipas”, recibió un «amable» correo electrónico, en el que, en un tono intimidante e imperativo, le solicitaban eliminar o editar una publicación en la que se hacia mención de Baltazar Resendez Cantú, como probable socio o prestanombres del gobernador de Tamaulipas, en negocios presuntamente ilícitos. La respuesta de la periodista fue referirlos a la lectura de la nota, para que observarán que se trataba de una mención a una nota o columna periodística de «El Universal», agregando que haría los ajustes solicitados, en cuanto hicieran lo mismo en El Universal.
En la revista proceso de esta semana se afirma que Baltazar Resendez Cantú y/o sus empresas, están siendo investigadas por la Unidad de Inteligencia Financiera, por sospechar que realizan lavado de dinero, operaciones inusuales en efectivo, y otras.
Me da la impresión de que le están fallando sus agentes de relaciones públicas y manejo de prensa de este empresario reynosense, en el momento más importante de su carrera empresarial… Que hoy lo vinculen al gobernador de Tamaulipas, equivale a arrojarlo entre las patas de los caballos, y corre el riesgo de ser aplastado por los combatientes de una lucha de titanes. Que aparezca su nombre, y no los de otros personajes que han hecho negocios con los Cabeza de Vaca, tal vez de mayor envergadura, significa que los otros ya arreglaron, ya tienen un salvoconducto otorgado por la 4T… Y el Balti sigue amarrado a la suerte de los cabezones.
