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Tamaulipas se solidariza con sus hermanos de Veracruz



Sin Filtros; Por Brenda Ramos

A la devastación que dejaron las lluvias, Veracruz tiene que sumar otro peso, la una gobernadora desbordada por sus propias acciones.

Mientras los ríos rompen su cauce y las familias recogen lo que el agua les dejó, la mandataria Rocío Nahle intenta explicar la tragedia con frases que minimizan lo ocurrido y no conectan con el sentir ciudadano, como si hablara de otro estado, de otro país.

La tragedia fue devastadora.
El río Cazones volvió a salirse de su curso con una fuerza que no se veía desde hace más de 25 años.
Las lluvias de esta semana, provocadas por una vaguada y una depresión tropical, tomaron por sorpresa a cientos de familias que no tuvieron tiempo de evacuar.

Las calles se convirtieron en canales de lodo; los techos, en refugio, “Fue como si el río se tragara el pueblo”. Las escenas recordaron la tragedia de 1999, cuando el mismo río arrasó comunidades enteras, dejando decenas de muertos y miles de damnificados.

Entonces, como ahora, el agua se llevó todo: muebles, recuerdos, animales, vidas. Entre las zonas más afectadas están Poza Rica, Álamo y Tihuatlán, donde los caminos quedaron cortados y los servicios colapsaron.

Las familias caminan entre el agua sucia buscando comida, ropa o a sus vecinos desaparecidos.
Los testimonios son duros, madres que piden medicinas, ancianos que duermen sobre tablas, niños con tos y pies descalzos.

En algunos barrios, la ayuda aún no llega y la gente se organiza con lo que puede, ollas comunitarias, ropa usada, brazos que limpian sin descanso.

Y el gobierno estatal, ausente o confundido. Sin embargo, los ciudadanos no están solos.
La ayuda comenzó a llegar desde distintas partes del país.

Camiones con víveres, brigadas médicas, rescatistas y aeronaves han comenzado a cruzar el estado.
La solidaridad se volvió el lenguaje común frente al abandono.

Entre esas primeras respuestas destaca la del gobierno de Tamaulipas, encabezado por el doctor Américo Villarreal Anaya, que fue de los primeros en actuar.

El mandatario instruyó enviar un helicóptero con personal médico, alimentos y medicamentos, además de coordinar el traslado de suministros a las zonas más afectadas.

El gesto fue reconocido públicamente por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien subrayó la solidaridad tamaulipeca durante sus conferencias matutinas.

En los últimos días, la presidenta Sheinbaum ha recorrido distintas zonas de desastre en el país,
ha estado donde la gente la necesita, hablando con damnificados, revisando daños, coordinando apoyos.


Tamaulipas vio de primera mano una de sus visitas en Reynosa cuando acudió tras las lamentables inundaciones que se dieron este año.

Y es precisamente Tamaulipas uno de los principales bastiones de aprobación de la presidenta. Consultamos la encuesta más reciente de Mitofsky en la que la mandataria ocupa los primeros lugares del ranking nacional desde el inicio de su mandato, en octubre de 2024. En septiembre, su aprobación alcanzó 83.4 por ciento, la más alta del país.

Tamaulipas tiene presente a Sheinbaum, que ya se encuentra preparando una nueva visita al estado, donde inaugurará en Nuevo Laredo las instalaciones de la Agencia Nacional de Aduanas.

Será su segunda visita en menos de tres meses a la entidad, lo que confirma el lugar que el estado y su gobernador ocupan dentro del mapa político de la Cuarta Transformación.

Mientras tanto, en el sur de Tamaulipas, las miradas se dirigen al río Pánuco, que crece silencioso.
Allí también hay preocupación. Este martes se instaló una mesa de coordinación para vigilar su nivel, ante la posibilidad de que la crecida alcance comunidades de Tampico, Madero y Altamira.

El gobernador Villarreal encabezó personalmente la reunión con CONAGUA, Protección Civil y los alcaldes de la región.

Por ahora, el Pánuco se mantiene contenido, aunque la vigilancia no cesa. En las colonias bajas, los habitantes observan con atención el color del agua y el ritmo del viento, aprendiendo de lo que el otro lado del río ya vivió.

Los ciudadanos se mantienen alertas y los gobernantes de Tamaulipas enfocados en la prevención, actuando antes de que llegue el desastre.

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