Por Redacción Sentido Común.
Ottawa, Canadá – Este lunes, Justin Trudeau, el primer ministro de Canadá, anunció su renuncia al cargo que ha ocupado desde 2015, tras años de liderazgo marcado por altos y bajos. En una rueda de prensa celebrada en Ottawa, Trudeau comunicó su decisión de dejar el liderazgo del Partido Liberal, aunque aseguró que continuará al frente del gobierno hasta que su partido elija un nuevo líder.
El político de 51 años explicó que, tras una reflexión con su familia, llegó a la conclusión de que, dado el panorama de «batallas internas», no es el mejor candidato para las elecciones federales programadas para este año. «El país se merece una decisión real», indicó Trudeau, señalando que la polarización interna y las diferencias sobre su liderazgo impiden que sea la mejor opción para su partido en los próximos comicios.
Su renuncia llega en un momento en que su popularidad ha caído considerablemente, con presiones tanto internas como externas sobre su liderazgo. Durante los últimos meses, su gobierno se enfrentó a múltiples críticas y un Parlamento paralizado, situación que Trudeau lamentó y que describió como una «total falta de productividad». En su discurso, señaló que su dimisión podría ser una oportunidad para «rebajar la temperatura política» y fomentar un «reinicio» en la política canadiense, reduciendo la creciente polarización.
Un factor clave en su decisión fue la renuncia sorpresiva de su aliada cercana, Chrystia Freeland, quien dejó su puesto como ministra de Finanzas y viceprimera ministra en diciembre, lo que agudizó la presión sobre Trudeau.
Con esta renuncia, el Partido Liberal de Canadá tendrá tiempo hasta el 24 de marzo para evitar una moción de censura y elegir a un nuevo líder. Mientras tanto, Trudeau mantendrá su cargo hasta el nombramiento de su sucesor.
Reacción de la oposición
En respuesta al anuncio de Trudeau, el líder conservador Pierre Poilievre publicó un comunicado en redes sociales, señalando que «nada ha cambiado». Poilievre criticó la política del gobierno liberal y su enfoque en el «impuesto al carbono», que, según él, ha disparado los precios de productos básicos y ha generado un desgaste económico en los canadienses. En su publicación, Poilievre insistió en que la única solución sería un cambio de gobierno para implementar una política más «realista» y recortada en impuestos.
Por su parte, Trudeau respondió a las críticas de Poilievre, señalando que la visión del líder conservador «no es la adecuada para los canadienses», reiterando su compromiso con un enfoque progresista para el país.
Un legado de casi una década
El mandato de Justin Trudeau comenzó en 2015, cuando fue electo como una figura renovadora que representaba la esperanza para una política progresista y diversa. Bajo su liderazgo, los Liberales alcanzaron una victoria histórica, pasando de ser un partido en tercer lugar a obtener una mayoría absoluta en el Parlamento. Sin embargo, en los últimos años, su popularidad se ha visto erosionada por diversos escándalos, críticas a su gestión económica y su manejo de temas como la pandemia y el cambio climático.
Con su salida del cargo, se cierra una etapa significativa en la política canadiense, y el futuro del Partido Liberal estará marcado por la búsqueda de un nuevo liderazgo capaz de conectar con un electorado cada vez más fragmentado y exigente.
Fin del ciclo
Trudeau, quien fue visto en su inicio como el rostro de una nueva era política, se enfrenta ahora a la realidad de un electorado frustrado que busca alternativas en medio de la creciente polarización. La pregunta ahora será si el Partido Liberal podrá encontrar un sucesor que pueda mantener la relevancia del partido en las próximas elecciones, mientras el panorama político canadiense continúa evolucionando.
