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Las brujas de Chihuahua

Sin Filtros; por Brenda Ramos

Con Halloween y Día de Muertos acercándose, es el momento perfecto para contar historias que hagan volar la imaginación, especialmente en esas noches frías junto a una fogata. Y para quienes buscan una leyenda que merezca ser contada, las brujas de Naica, en Chihuahua, son una opción perfecta. La leyenda surge de un pequeño pueblo minero, famoso por su enigmática Cueva de Espadas, con sus cristales de selenita y los misterios que la rodean.

La leyenda cuenta que, en las noches más oscuras, las brujas de Naica aparecen transformadas en bolas de fuego, realizando rituales en las profundidades de la cueva, con cánticos que ponen los pelos de punta a cualquiera. Los habitantes del lugar saben bien que estas brujas protegen su territorio con ferocidad, y aquellos que se atreven a desafiar su espacio pagan el precio; algunos vuelven cambiados para siempre, otros simplemente no regresan.

Claro, uno podría pensar que estas historias son solo para asustar a los crédulos, pero a veces, la realidad supera la ficción y las leyendas. En política, por ejemplo, también existen territorios invisibles, protegidos por quienes se creen dueños de ellos, y los que cruzan esas líneas suelen encontrar más que simples advertencias. Tamaulipas ha sido testigo de estos comportamientos, de aquellos que, como las brujas de Naica, defienden su feudo a toda costa, dejando claro que quienes no estén dispuestos a «trabajar con ellos» o se les opongan deberían tener cuidado.

Así que, en estas noches de celebración de lo sobrenatural, vale la pena recordar que las brujas no siempre son seres mágicos que vuelan por los cielos. A veces, caminan entre nosotros, protegiendo sus intereses con la misma intensidad y lanzando maldiciones a quien se atreva a enfrentarlas. Quizás solo sean historias, pero siempre es prudente ser precavidos, especialmente cuando los intereses son tan oscuros como las noches de Naica.

Y ya saben, cuidado con las brujas de Chihuahua. Nunca se sabe cuándo decidirán salir a volar.

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