Con información de Milenio
La violencia política en México ha generado una paralización en el nombramiento de candidaturas para alcaldías, después del asesinato de 13 aspirantes a presidencias municipales en diferentes estados del país. Este fenómeno ha impactado incluso en momentos en que las campañas electorales ya han comenzado.
Desde el 20 de noviembre, cuando iniciaron las precampañas a nivel federal, se han reportado las muertes de personas que eran candidatas, precandidatas o tenían aspiraciones de gobernar municipios en siete estados de México. El caso más reciente es el de Gisela Gaytán en Celaya, Guanajuato.
Como respuesta a estos homicidios, partidos como Morena, PAN, Movimiento Ciudadano, PRI y el Partido Verde han optado por no postular a ningún candidato para ciertas presidencias municipales.
Por ejemplo, en Michoacán, tras el asesinato el 26 de febrero de los candidatos de Morena y PAN a la alcaldía de Maravatío, solo Morena nombró a un sustituto, Mario Pérez Flores. En contraste, el PAN decidió no postular a ningún otro precandidato en sustitución de Armando Pérez Luna, como medida de seguridad para su militancia.
En Colima, tres meses después del asesinato de Sergio Hueso el 5 de enero, Movimiento Ciudadano aún no ha nombrado a un candidato para la presidencia municipal de Armería.
En Puebla, donde las campañas municipales comenzaron el 1 de abril, la Comisión Nacional de Elecciones de Morena será la encargada de nombrar al nuevo candidato tras el homicidio de Jaime González Pérez el 23 de marzo en Acatzingo.
La violencia política en México sigue siendo un desafío importante para el proceso democrático y la participación ciudadana.
