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México y las elecciones 2024 en el dilema shakespeariano

Por: Vicente Hernández

“Como la dicha de un pueblo depende de ser bien gobernado, la elección de sus gobernantes pide una reflexión profunda.”
«Joseph Antoine Rene Joubert»

Las elecciones del dos de junio en México tienden a ser de suma importancia, no solo para México, sino también para todo Latinoamérica, ya que nuestro país representa la economía mas grande de la región, pero también porque significa un futuro gobierno con dos vertientes; uno de la continuidad con la oficialista Claudia Sheinbaum, siguiendo la desastrosa política de Andrés Manuel López Obrador, o uno que le dé un giro al timón de 180 grados con Xóchitl Gálvez, y es cuando se nos pone en el dilema del Hamlet shakespeariano de: “Ser o no ser, esa es la cuestión” porque a estas alturas de las campañas, o desde antes, posiblemente ya tenemos una decisión tomada por qué partido o candidata (o) vamos a votar, o seguimos en la encrucijada de no decidirnos por alguna (o).

Al interior de nuestro país predomina el hastió, la impotencia y sed de justicia, por las medidas no tomadas en contra de los carteles de la droga, que envenenan a nuestros jóvenes, los crímenes homofóbicos, los feminicidios, los asesinatos de candidatos y de periodistas, sin que el gobierno de la republica tome medidas ante el avance delincuencial que ahoga a gran parte del territorio nacional, y que recibamos a cambio de exigir seguridad para nuestras familias, solo burlas como “A los malos los voy a acusar con sus mamás” “En todo México la gente esta feliz, feliz, feliz” estamos cansados de ver como la democracia se esta desdibujando, en un sistema de gobierno que se alimenta diariamente con la confrontación con los otros dos poderes; Legislativo y Judicial, que de acuerdo a nuestra Constitución, debieran ser autónomos al poder Ejecutivo, pero tal parece que este sexenio aspira mas al totalitarismo bananero, que le inspiran los gobiernos de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que apegarse a una democracia, que a través de la historia nos ha costado construir, y conquistar, con guerras independentistas, revoluciones, estallidos sociales, y batallas legislativas por un sistema pluripartidista, para que nuestros mandatarios emerjan de una democracia y no de una plutocracia.

En el plano internacional, México esta siendo observado escrupulosamente, ya no solo por los países latinoamericanos, sino también por los países orientales y europeos, que esperan los resultados de las próximas elecciones para planear sus futuras inversiones, por si llega al poder un gobierno que le garantice la seguridad de sus capitales, la seguridad de sus ejecutivos, y la seguridad de sus trabajadores, y los proteja de el “pago de piso” de parte del crimen organizado, pero además están atentos a las relaciones diplomáticas de nuestro gobierno, sobre todo, por el quiebre en las relaciones con países como Perú, y Ecuador, o el caso de Argentina, en el que López Obrador y Javier Milei protagonizaron una disputa verbal, y la reciente demanda en contra de México, que presento el presidente de Ecuador ante la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya, en la que se acusa al gobierno de México, de intromisión en asuntos de otro país, de violaciones a convenciones, acuerdos y obligaciones internacionales, tras haber recibido como huésped en su embajada en Quito en diciembre pasado, al exvicepresidente Jorge Glas, a quien posteriormente concedió asilo político, siendo este, un prófugo de la justicia ecuatoriana.

En este sentido, la oferta de gobierno de la candidata por la coalición “Fuerza y corazón por México” Xóchitl Gálvez, ha planteado un proyecto más conservador, y en el que bien podría darse una reconfiguración en política exterior, compartiendo visiones sobre cómo enfrentar problemas regionales, y de cooperación con otros países de corte conservador en Latinoamérica, y digo “conservador” aunque esta palabra este muy satanizada en las homilías mañaneras, pero es mejor que tener que compartir visiones con gobiernos populistas, que en casi seis años han demostrado su ineficacia para gobernar.

De acuerdo a datos consultados, solo 15 mujeres han estado a la cabeza de sus países en toda la historia moderna de América Latina, y actualmente, Xiomara Castro, en Honduras, y Dina Boluarte, en Perú, son las únicas dos presidentas de la región, pero este dos de junio los mexicanos tenemos la oportunidad de poder elegir, la que vendrá a ser la primera presidenta de México, por lo cual estas próximas elecciones están llamadas a ser inscritas en el libro de la historia, como las de un antes y un después, así que por favor reflexionen su voto, pero por ningún motivo dejen de sufragar en la casilla que les corresponda.

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