Con información de Milenio
El presidente Andrés Manuel López Obrador generó controversia con sus declaraciones durante una reciente conferencia matutina, al comentar sobre el asesinato del ex candidato presidencial ecuatoriano, Fernando Villavicencio, y sus posibles repercusiones en el ámbito electoral. Estas palabras desencadenaron una serie de reacciones diplomáticas entre Ecuador y México.
López Obrador mencionó que durante las elecciones en Ecuador, la candidata de las fuerzas progresistas, Luisa González, mantenía una ventaja de aproximadamente diez puntos porcentuales sobre sus competidores. Sin embargo, el asesinato de Villavicencio provocó un cambio en el panorama electoral, con la candidata líder cayendo en las encuestas y el candidato que ocupaba el segundo lugar ascendiendo en popularidad.
Expresó su preocupación por las circunstancias en las que se desarrollaron los comicios, denunciando la creación de un ambiente de violencia durante la campaña electoral, en el que algunos candidatos se presentaban a los debates utilizando chalecos antibalas.
El presidente López Obrador hizo un llamado a la responsabilidad de los medios de comunicación y de todos los actores políticos, instándolos a actuar con integridad y principios, y criticó duramente la utilización de tácticas de «guerra sucia» y la difusión de mentiras con el fin de obtener beneficios electorales.
Estas declaraciones generaron repercusiones significativas, incluyendo la declaración de persona «non grata» a la embajadora de México en Quito, Raquel Serur, por parte del gobierno ecuatoriano. Además, Verónica Sarauz, esposa de Villavicencio, criticó las palabras del presidente López Obrador, calificándolas de lamentables y haciendo un llamado al respeto por la memoria de su esposo.
El presidente López Obrador no ha respondido directamente a las críticas de Sarauz, pero sus declaraciones han profundizado las tensiones diplomáticas entre ambos países y han generado debate sobre el papel de México en los asuntos internos de Ecuador.
