Radiografía de un trienio que termina y uno mas que empieza con Armando Martínez reelecto
Por: Vicente Hernández
“El mejor gobierno es el que desea hacer feliz al pueblo y sabe cómo lograrlo.”
«Thomas B. Macaualay»
A partir del 1° de octubre de 2021, Altamira empezó una metamorfosis al igual que la oruga que se convierte en una hermosa mariposa, Altamira a tan solo 17 meses se ha convertido en una hermosa ciudad brillante como una luciérnaga, en el oscuro manto de la noche. Este concepto analógico me parece el mas adecuado para medir el progreso, que en tan corto tiempo se ha logrado a base de trabajo intenso en planeación, proyección y ejecución, de una gran cantidad de obras, que este gobierno ha venido desarrollando para bien de los altamirenses.
Dicen que para que un barco navegue por los 7 mares, y llegue a un buen puerto, es necesario que al timón este un buen capitán, en este especifico caso un alcalde como Armando Martínez Manríquez, que con una buena tripulación como son los síndicos y regidores, han logrado hacer realidad la tan anhelada “Cuarta Transformación” trabajo que le ha valido al alcalde Martínez Manríquez estar considerado como el cuarto presidente municipal mejor evaluado en Tamaulipas, con un 53. 3% en la aceptación ciudadana, de acuerdo al sondeo de opinión de la empresa Demoscopia Digital, realizada durante el pasado mes de febrero, ocupando también el #51 en el Ranking Nacional, pero estos lugares no fueron logrados mediante un concurso de popularidad, fueron fruto del trabajo, dedicación, y esfuerzo, realizado por Armando y gran parte de su equipo de trabajo en las distintas direcciones, como Obras Publicas, Desarrollo Urbano, Servicios Públicos, Ecología, y Tesorería entre otras dependencias, quienes dentro de sus funciones han sido factor de coordinación en la ejecución de la obra pública, de servicios básicos como son el agua potable, alumbrado público, pavimentación, bienestar social, deportes, turismo, desarrollo rural y docenas de beneficios para la ciudadanía.
Pero todo lo anterior no es fruto de la casualidad, o de la improvisación, tuvieron que pasar un poco mas de 30 años cabalgando en los lomos de la política, participando como candidato en varias ocasiones, y ocupando algunos cargos de elección popular, para que Armando Martínez consolidara su sueño de llegar a la presidencia, y hacer mucho por este tan suyo Altamira que lo vio nacer, porque aunque muchos alcaldes que le antecedieron, también nacieron altamirenses (salvo honrosas excepciones) poco hicieron para catapultar este municipio hacia el progreso, con tal decisión y precisión, como lo ha venido haciendo Armando Martínez.
Sus detractores solo prometen que van hacer, incluso un puente donde no hay rio, pero quieren llegar a la presidencia para gobernar un municipio donde el avance en obras rebaso los tiempos, y promete otros tres años de nuevos proyectos, nuevas ideas, de más iluminación en las calles de los mas oscuros rincones de sus múltiples colonias, y ejidos, mas caminos rurales, mas cultura y entretenimiento familiar, mas seguridad, mejor calidad del agua, mediante el diario dragado de la laguna Champayan, en fin, que los propósitos para seguir embelleciendo Altamira por otros tres años será una realidad, porque los altamirenses ya despertaron de ese letargo al que fueron condenados por cinco años de falacias, corrupción, y propaganda engañosa de; “Los vientos de cambio” cambio que no se vieron llegar, solo el dinero del erario público, que paso de las arcas municipales, a los bolsillos de quien realmente estaba durante este lapso, detrás de la figura presidencial.
Hoy día, la gente ya despertó de ese letargo, y sabe que es la verdadera transformación, cuando va con sus hijos a parques limpios, bien equipados, cuando transita por las noches por calles y avenidas muy bien iluminadas, cuando acude al DIF a consulta gratis, cuando toda la familia acude los domingos a disfrutar de hermosa música de la banda municipal, cuando los jóvenes pueden disfrutar de campos de futbol, beisbol, eso es progreso, eso es transformación, y que no vengan falsos profetas enarbolando engañosas banderas de promesas huecas, que nunca van a cumplir, porque la ciudadanía los sabrá rechazar con su voto razonado el día dos de junio, y a los que retrasaron el progreso durante cinco años, estan condenados a irse al basurero de la historia de Altamira.