Opinión con sentidoPolítica

El ocaso del presidente, y su delirio de persecución

Por: Vicente Hernández

“En México tenemos un presidente que tiene la arrogancia del gallo, que piensa que el sol sale únicamente para oírlo cantar”
«Picardía popular»

Al escribir sobre el ámbito político, me es casi imposible no mencionar las ocurrentes declaraciones que, desde el pulpito de las mañaneras, el Tlatoani mayor del gobierno federal les receta, no solo a sus seguidores, sino a todos los mexicanos que votaron por él, pero también a los que no votaron a su favor.

Y es que los mexicanos (al menos 30 millones) votaron para elegir un presidente, y no a un Sultán, y el actual se comportó durante estos cinco años y casi tres meses, como un Sultán pues vive en un Palacio, quebrantando su doctrina de austeridad republicana, y cómodamente desde su trono es quien juzga, condena y manda ejecutar a los que considera sus enemigos, cual Quijote combatiendo molinos de viento o cual Torquemada en tiempos de la Santa Inquisición, condenado a la hoguera a los herejes.

Solo en las dictaduras, las críticas hacia la clase gobernante son tomadas como ataques, y sus críticos como enemigos, tal es el caso de los periodistas Carlos Loret de Mola, Ciro Gómez Leyva, Joaquín López Doriga, el historiador y editor de la revista Letras Libres Enrique Krause, el escritor y también editor de la revista Nexos Héctor Aguilar Camín, y Raymundo Riva Palacio, solo por mencionar los más representativos: ¿entonces la libertad de expresión solo es permitida para decir y escribir loas, aplausos, y adulaciones hacia Andrés Manuel López Obrador? Porque este ultimo periodista tuvo que solicitar y obtener un amparo definitivo, que le concedió un tribunal colegiado en la Ciudad de México, para que el presidente López Obrador evite hacer cualquier comentario hacia su persona, de manera difamatoria, subjetividades o mentiras, durante las conferencias mañaneras, desde su patíbulo del Palacio Nacional, ante esta medida López Obrador dijo durante su mañanera «Fíjense qué equitativo, igualitario: ellos pueden calumniarme a sus anchas, y usted quédese callado, no diga nada, aguante» y con ese desparpajo que lo caracteriza puntualizo “Me quieren silenciar”.

En el caso de Carlos Loret de Mola, que su único pecado como el de todos los que ejercemos la profesión, es el revisar el poder, el presidente lo acuso de corrupto, por tener (según él) muchos millones de pesos, y con este argumento dio a conocer su dirección particular durante una mañanera, poniendo en riesgo la integridad física, no solo la de Carlos, sino la de toda su familia. Ante esto me pregunto: ¿Cómo es posible que desde una tribuna, con toda la ventaja que da su trasmisión a nivel nacional, y utilizando recursos del erario federal se ningunee, se agreda, se satanicé y se condene, a las voces y plumas inteligentes, que critican, no a la persona, sino su forma de gobernar?

Nuestro presidente, que ya dentro de unos meses más se va a la chi….a su rancho, posiblemente sufra de delirio de persecución, que es una persona que convive con una serie de ideas y de creencias irracionales, en las que cree que está siendo perseguido, espiado, o que diferentes personas u organizaciones están en contra de él; casi siempre con la intención de agredirlo o provocarle algún daño, incluidas las criticas periodísticas, que el las toma como un ataque hacia su persona, que ya se le ha convertido en una fobia crónica hacia el gremio periodístico.

Aunque algunos piensan que sufre de locura senil, mas bien creo que ante el avance (aunque lento) de la oposición, y los descalabros de su candidata, prepara una estrategia para una posible derrota, y que el triunfo electoral se tenga que decidir en el terreno judicial, por eso en la mañanera de este martes se lanzó en contra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) denunciando un posible “Golpe de Estado” desde este poder, y dejó entrever además la posibilidad de un “golpe de estado técnico” y de un “fraude electoral” desde los tribunales, también hablo sobre las resoluciones judiciales que lo tienen impedido para hablar de temas electorales, asumiendo nuevamente su papel de victima para decir: “Nunca había visto a los jueces tan activos, ya no puedo hablar de ciertos periodistas, los jueces me lo prohibieron; me están pidiendo de una señora que tampoco puedo hablar, que yo borre unos twitters pasados todo lo voy a hacer voy a cumplir todo”.

¿Golpe de estado técnico? Para poder entender lo que (ahora si como con Chente Fox) el presidente quiso decir, consulte el diccionario, y esto encontré: “Un golpe de Estado significa la destitución repentina y sustitución, por la fuerza u otros medios inconstitucionales, de quien ostenta el poder político, o el desmantelamiento de las instituciones constitucionales, sin seguir el procedimiento establecido” nada que ver con lo electoral más bien habla de una derrocamiento por parte de las fuerzas armadas, y con esto me convencí que López Obrador se anticipa a una derrota, para después decir “Se los dije que se veía venir un fraude electoral, con la ayuda del poder judicial” y así poder hacer plantones como el de Reforma, o declarar a Claudia “Presidenta legitima” con tal de no aceptar la derrota ¿Así o más marrullero?

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