De los narcoacuerdos de los obispos, a las politicovisitas de las candidatas al Vaticano
Por: Vicente Hernández
“Con la Iglesia hemos topado Sancho”
«Miguel de Cervantes»
Esta frase estaría en boca de algún jefe del narco que hubiese leído el libro Don Quijote de la Mancha, refiriéndose a la inesperada visita que hicieran hace dos o tres días cuatro obispos de Guerrero, en un intento por tratar de alcanzar la pacificación en la entidad, cada obispo representó a su región: el arzobispo Leopoldo González Gonzalez en Acapulco, el obispo Joel Ocampo Gorostieta en Tierra Caliente, el obispo Dagoberto Sosa en Tlapa, y el obispo José de Jesús González en la región Centro, y aunque ya se había intentado dialogar con estos jefes del narco para mediar en el conflicto entre grupos criminales, no se había logrando el éxito, debido a la falta de disposición de los carteles para ceder terreno al grupo contrario.
De verdad que vivimos en un México surrealista, ya que mientras los llamados “soldados de Dios” están buscando salvar la integridad física de sus feligreses, y del pueblo en general, en las diarias homilías desde el pulpito mañanero, el sumo pejesacerdote lo mismo da consejos de moral, que de honradez, de humildad, y de lealtad, buscando el salvar la integridad espiritual de su rebaño, cuando el, como gobernante de todos los mexicanos, tiene la obligación de cuidar de la seguridad en todos los estados del país, porque entre otras cosas, para eso se le contrato mediante el voto sufragado.
En cambio, los sacerdotes, curas u obispos, tienen una misión pastoral que es la acción del pastor, del guía, del animador o del agente, que realiza un trabajo en la Iglesia con la finalidad de salvar almas del purgatorio, o del infierno, de acuerdo a las diversas creencias en las asociaciones religiosas. Pero a falta de respuesta de parte del gobierno federal, la indiferencia del estatal, y la limitante incapacidad del municipal, la desesperación de ver que ocurren tantos asesinatos diariamente, y el constante desplazamiento de la gente de sus pueblos, la iglesia católica tuvo que atreverse a tratar, no de evangelizar a los criminales, o decirles que los van a acusar con su mamá, fueron para mediar entre los grupos en pugna, para que estos llegasen a una tregua y pusieran fin a tanta violencia.
Horas después de haberse dado a conocer sobre la reunión Iglesia-Narco, el padre Filiberto Velázquez, director Centro de Derechos Humanos «Minerva Bello», reveló a un medio informativo, que se alcanzó una tregua entre los grupos delictivos de «Los Tlacos» y «Los Ardillos» en Chilpancingo Guerrero, lo que implica que cada grupo va a respetar los negocios que cada bando tiene en la capital del estado, lo que deja en claro que los representantes de la iglesia católica tienen más peso, y más respeto, (que no miedo) de los jefes de los grupos delincuenciales, que el mismo gobierno con todo y el ejercito y la marina.
Y ya que estamos en temas religiosos, han sido muy comentados y criticados los viajes que por separado realizaron al Vaticano las candidatas de Morena, y el PAN, Claudia Sheinbaum Pardo y Xóchitl Gálvez Ruiz, para entrevistarse con el Papa Francisco, la primera por medio de su equipo de trabajo, informo que al termino de su estancia en España viajo al Vaticano, con la finalidad de reunirse con el Papa, por tener agendada una audiencia previamente solicitada, al enterarse de esta visita pontificia, Claudia Sheinbaum no se quiso quedar atrás, y mediante palancas logro también una audiencia, y así las dos pudieron presumir fotos con el líder mundial de la fe católica.
Sin embargo a Xóchitl sus adversarios políticos le criticaron, tanto su viaje a España donde se entrevisto con el ex presidente de México Felipe Calderón Hinojosa como su visita al Vaticano, pero a Claudia también la tupieron, reprochándole una falsa devoción católica, ya que la hoy candidata presidencial, en una entrevista en el programa “Tragaluz” hace seis años, cuando aun era candidata al gobierno de la hoy CDMX ( video que se puede ver por YouTube) a pregunta expresa le responde al entrevistador Fernando del Collado: “No soy católica, no soy religiosa” -sic- Xóchitl por su parte respondió a las críticas, al aclarar que toda su vida ha sido católica, e incluso uno de sus hijos se llama Juan Pablo, por su admiración al Papa Juan Pablo segundo, mientras Claudia ha evadido las preguntas sobre su orientación religiosa, pero las dos aprovechan la visita, para utilizar las fotos con fines propagandísticos electorales, y mientras los obispos tratan de concertar la paz entre grupos criminales antagónicos, en palacio nacional, su inquilino rodeado de lujosas comodidades y bajo fuerte resguardo militar, solo se limita a decir “La gente esta feliz, feliz, feliz” -¿Sera?