Opinión con sentidoPolítica

De asistente de director a genial director de “Cine Realista”

Por: Vicente Hernández

“Un director tiene que buscar desafíos, ser creativo, casi rozar la locura y, sobre todo, ser muy práctico”
‹Alejandro Amenábar›

Hoy es fin de semana, y para variar un poco de lo político, escribí un texto sobre mi segunda pasión después del periodismo: El Cine, y que mejor que una semblanza de uno de los mejores directores mas premiados, no solo en México sino también en el extranjero Arturo Ripstein y Rosen.

El cine en México como en todas las artes tuvo ciclos en los que se hicieron películas buenas, regulares y malas, por lo tanto no podemos hablar que en toda La época de oro del cine mexicano se hicieran buenas películas, aunque si se produjo un cine de buena calidad, entre dramas y comedias rurales y citadinas del genero costumbrista: La perla (1945), María Candelaria(1943), Nosotros los pobres(1947), Esquina bajan (1948), que si bien plasma o estereotipa la problemática social en estos dos núcleos poblacionales de los años 1940-1950, sus personajes son maltratados por una sociedad injusta e indolente pero al final son convenientemente reivindicados e integrados a la misma.

Dentro de la diversidad de géneros cinematográficos que se filmaron, hay películas cuya temática trata la disfuncionalidad familiar como: La oveja negra (1949), No desearas la mujer de tu hijo (1950) de Ismael Rodríguez y Cuando los hijos se van de Juan Bustillo Oro (1959). Seria hasta 1958 cuando el cineasta aragonés Luis Buñuel filma en México, que la industria cinematográfica nacional entra a la etapa del cine Surrealista que da pasó al llamado Cine Negro y del cual el más grande realizador hasta nuestros días es sin duda alguna Arturo Ripstein sobre el cual escribo el presente artículo.

Hijo del productor de cine Alfredo Ripstein, Arturo Ripstein desde muy niño deambulo por los sets cinematográficos entre cables, lámparas y cámaras, privilegio que le valió conocer desde adentro las entrañas de la industria del celuloide.

A los 15 años tiene la oportunidad de presenciar el rodaje de la película Nazarín, con la cual descubre cual será su futura profesión, y entabla con Luis Buñuel una estrecha relación maestro-alumno que duraría hasta la muerte del genio español en 1983. En 1962 participa como asistente de dirección sin crédito de Buñuel en la cinta El ángel exterminador, esta experiencia aunada a dos cortometrajes que había realizado marcan su debut como Director de cine con tan solo 21 años de edad, con un guion escrito por Gabriel García Márquez titulado “El charro” del cual su padre había adquirido los derechos, y le confió la dirección con la condición de que convirtiera la película en un Western un género que empezaba a popularizarse por aquella época, el resultado fue Tiempo de morir (1965) en el cual colaboran importantes personajes de la industria como el escritor Carlos Fuentes, el fotógrafo Alex Phillips y el editor Carlos Savage con esta cinta su atrevido y precoz debut fue recibido favorablemente.

A solo tres años de distancia de su primer trabajo, Arturo Ripstein hace su ingreso formal a la cinematografía con la adaptación de la novela de Elena Garro Los recuerdos del porvenir (1968). Este trabajo marca el arranque de una serie de películas que le darán al joven cineasta la consolidación como director, iniciando una las etapas más fructíferas de su carrera en las cuales sobresalen tres de las cintas más importantes del cine mexicano contemporáneo, El castillo de la pureza (1972), El lugar sin límites (1977) y Cadena perpetua (1978) logrando con estas dos últimas colocarse en el selecto grupo de jóvenes cineastas mexicanos cuya filmografía empezó a ser estudiada por especialistas nacionales y extranjeros.

En 1985 conoce a la escritora Paz Alicia Garciadiego la cual se convierte en su mancuerna más efectiva a partir de El imperio de la fortuna (1985) una nueva versión del guion El gallo de oro de Juan Rulfo, pero son las películas El castillo de la pureza (1972), Principio y fin (1993), La reina de la noche (1994), Profundo carmesí (1996) y Así es la vida (2000) las que marcan el estilo “ripsteriano” revelándose como un director controvertido, amado y odiado por partes iguales, pero nunca ignorado. Estas películas (en lo particular) me han parecido sombrías, lentas y depresivas ya que sus guiones son agobiantes, brutales y difíciles de digerir a la primera, porque explora el lado oscuro de sus personajes dejando al desnudo sus más bajas miserias conductuales, en situaciones inteligentemente asquerosas y preciosamente repelentes, ya que en algunas de ellas se refleja parte de nuestra propia condición humana.

La magia del estilo ripsteriano radica en mantenernos con el corazón encogido a medida que se desarrolla la trama de la película, donde sus personajes eventualmente son víctimas de sus propias trampas sicológicas; como en Profundo carmesí en la que una pareja de amantes criminales encerrados en su propio reflejo, y unidos en una secuencia de asesinatos, protagonizan una película cruda, con terribles secuencias teñidas de rojo sangre y oscura violencia.

La reina de la noche pretende ser una biografía novelada de la cantante de ranchero de los años cuarenta Lucha Reyes, que nos va contando una vida salpicada de frustración, depresión, música, alcohol, pasión, lesbianismo y suicidio y con parte de estos elementos se amalgama “Principio y fin” que da inicio con la muerte del padre de familia que deja en la orfandad a cuatro hijos y viuda a una madre manipuladora, que involuntariamente va acorralado a cada uno de sus hijos en oscuros callejones cuya única salida es la muerte. “Así es la vida” es una película donde la depresión del personaje central inunda cada cuadro de la cinta con personajes y situaciones surreales que recuerdan a su maestro Luis Buñuel.

A pesar de que la calidad de cine realizado por Arturo Ripstein ha sido reconocida a nivel mundial paradójicamente en México no se le valora en la debida dimensión, entre las películas de Ripstein que han sido premiadas en el Festival de San Sebastián están: dos Conchas de Oro por Principio y fin y La perdición de los hombres y el premio especial del jurado por El lugar sin límites por citar solo tres ya que ha sido galardonado en distintos festivales alrededor del mundo.

A lo largo de su vida ha realizado 41 trabajos entre documentales, cortometrajes y películas siendo las más conocidas: Tiempo de morir (1965), Los recuerdos del porvenir (1968) El castillo de la pureza (1972), El lugar sin límites (1977), cadena perpetua (1978), El imperio de la fortuna (1985), mentiras piadosas (1988), La mujer del puerto (1991), Principio y fin (1993), La reina de la noche (1994), Profundo carmesí (1996), El evangelio de las maravillas (1998), El coronel no tiene quien le escriba (1999), Así es la vida (200), La virgen de la lujuria (2002), Los héroes y el tiempo (2005), El carnaval de Sodoma (2006) Las razones del corazón (2010) La calle de la amargura (2015) El diablo entre las piernas (2019)

A lo largo de su exitosa carrera Ripstein se ha empeñado en proyectar en pantalla la vida diaria cual, si fuera un “guiñol tenebroso”, poblado de seres marginales, espacios sórdidos y pasiones destructivas, sumergiéndonos en un oscuro mundo de fantasías y realidades del cual nos es difícil emerger, porque al final de cuentas es nuestra propia realidad.

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