Fuentes fidedignas. Por: Isaias Alvarez
Mientras muchos se preparan para el inicio de los festejos del “Guadalupe Reyes”, los diputados del Congreso de Tamaulipas recibieron al auditor Jorge Espino con la melodía de «Diciembre me gustó pa’ que te vayas», pues los diputados morenistas afinan todos los detalles para que su salida sea lo más pronto posible.
Los legisladores traen una racha ganadora, pues poco a poco han desmantelado las trabas que el cabecismo les impuso a la salida de Francisco García Cabeza de Vaca. Hace apenas unos días, el grupo político del Gobernador Américo tomó las riendas de la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE TAMAULIPAS, victoria que se incubó desde el congreso con las denuncias que realizó la diputada Magaly Deandar a un alto funcionario de la UAT.
Y ahora, los movimientos de los congresistas van en el sentido de acompañar a la salida de su cargo al Auditor Superior del estado, uno de los últimos hombres de confianza de Francisco García Cabeza de Vaca quien aún permanece en algún puesto de poder.
El Diputado Eliphaleth Gómez Lozano ha jugado un papel crucial al proponer reformas que, buscan acelerar el proceso de designación de un nuevo Auditor. Este movimiento, lejos de ser una simple sugerencia burocrática, ha sido un jaque mate anticipado en el juego del poder.
La negativa de Espino a entregar información relevante a la Comisión de Vigilancia ha sido un acto de desafío que ha resonado en los pasillos del poder. Esta falta de transparencia, tan a menudo el talón de Aquiles de la política, ha sido hábilmente utilizada por Úrsula y su equipo como una lanza en el costado de Espino. Al negarse a revelar los detalles necesarios, Espino no solo se ha enfrentado al Congreso, sino que también ha desafiado el clamor público por una gestión transparente y responsable.
La verdad es que Espino y su equipo recibieron una sopa de su propia medicina, ya que durante años los ayuntamientos que no se ajustaban al cabecismo, sufrían un trato de acusados y una presión de su parte por entregar y transparentar las cuentas sin pasarles ni un solo error ni observación.
Por supuesto que la negativa por parte de la Auditoría Superior a entregar información, los dejó en una situación de vulnerabilidad y evidencia pues dónde hay rectitud, no hay miedo a la investigación, situación que fue bien aprovechada por la dirigente estatal de MORENA Yuriria Iturbe Vázquez, quien mediante declaraciones en rueda de prensa le exigió transparentara la información.
Al escuchar a la maestra, nos parecieron palabras muy acertadas, sin embargo, no pudimos dejar de pensar, cuando va ella a transparentar las listas de los inscritos en contender por las candidaturas de las alcaldías de los municipios y diputaciones locales. El buen juez, por su casa empieza.
Regresando al tema principal, pensamos que la respuesta de Espino a la presión pública y política ha sido una mezcla de resistencia y eventual sumisión. Al final, la entrega de algunos documentos tras una segunda reunión ha sido vista como una victoria parcial para Morena y una señal de la debilitada posición del Auditor.
Entendemos pues, que la aprobación del Programa Anual de Auditoría 2024 es más que un procedimiento rutinario; es un testimonio de la influencia creciente de Morena y un presagio de los cambios que están por venir.
Bajo la batuta de Úrsula Salazar en el congreso, Morena está componiendo una nueva sinfonía política, al son de José Alfredo Jiménez y su «Diciembre me gustó pa’ que te vayas», con la inminente salida de Jorge Espino del cargo de Auditor Superior que se convierte, no es solo el final de un acto, sino el inicio de un nuevo escenario político que favorece a su partido de cara al año de elecciones que está a la vuelta de la esquina.
