Olga Sosa
Por Oscar Díaz Salaza
Una de mis canciones preferidas de Luis Miguel, es la que inicia con estas palabras: “como te atreves a mirarme así, a ser tan linda y encima a sonreír…”
Los que hemos querido a alguien, entendemos esta expresión, que valora en grado superlativo (entiéndase un chingo) la sonrisa del ser querido.
Sobre el valor de la sonrisa se han escrito muchísimas reflexiones, en las que se detallan las ventajas de esa expresión, que es el mensaje amigable por excelencia, de aceptación, de disposición a la intercomunicación, que a veces mostramos a los demás.
Sin embargo, la sonrisa, que muchos apreciamos y procuramos ofrecer y/o corresponder, tiene también sus detractores.
Hay personas que les molesta o se sienten incómodas con los que sonríen, y creo que eso le pasa a la secretaria del Trabajo del gobierno de Tamaulipas, Olga Sosa.
Sin descartar que Olga Sosa tenga sus malquerientes legítimos y bien ganados, creo que muchos de sus detractores y a quienes no agrada, son gratuitos, son personas a quienes disgusta la imagen de una mujer de risa fácil, a veces estridente, que deja correr sin reservas.
Es curioso que las críticas que expresan a Olga Sosa, por las actividades de quienes señalan como los patrocinadores de su campaña a la presidencia municipal de Tampico, no las extiendan a otros personajes que participaron en ese proceso electoral, en calidad de candidatos, y que hoy ocupan cargos de primerísimo nivel en la política de nuestro Estado.
Puede parecer simplista mi opinión, pero creo qué en el caso de las críticas a Olga Sosa, hay mucho de ese pensamiento machista y retrógrado que no ve bien a las mujeres que participan en la política, o en cualquier actividad que no sea el cuidado de su casa, y el caso se complica porque resulta que la tampiqueña suele andar por todos los rumbos de la geografía tamaulipeca, con una sonrisa pintada en el rostro, aunque eso si, chingandole en la chamba, supervisando las oficinas a su cargo, organizando ferias del empleo, mediando en los conflictos laborales y haciendo lo que debe hacer como titular de la Secretaría del Trabajo.
Regresando con el asunto de la sonrisa, me da la impresión de que la secretaria del Trabajo ha acentuado esa sonrisa que la identifica ¿sabrá algo que nosotros no? ¿Tendrá que ver con la candidatura a senador de la República, que pretende alcanzar luego de inscribirse en el proceso interno de morena?