¡Lerdo se pinta fucsia y amarillo! Siembra de flor de muerto, una tradición de generaciones
En varias comunidades del municipio de Lerdo, Durango, los campos se transforman en un mar de colores fucsia y amarillo, ya que los campesinos siguen la tradición de sembrar la flor de muerto, específicamente el cempasúchil y la mano de león. Aunque esta tradición coincide con la creciente demanda de estas flores en el mercado, para los campesinos es más un acto ritual que comercial.
Este año, se sembrarán alrededor de 80 hectáreas de flor de muerto, lo que representa un aumento del 33% en comparación con el año anterior. Los precios oscilan alrededor de los 25 pesos por manojo, lo que es una fuente adicional de ingresos para las familias locales. A pesar de que la comercialización está garantizada, los campesinos enfrentan dificultades para encontrar cortadores de flores competentes. A menudo, los jóvenes se resisten a desempeñar este trabajo, y los trabajadores más experimentados están envejeciendo, lo que resulta en mayores costos de producción.
Aproximadamente el 30% de la producción se envía a mercados fuera de la región, como Ciudad Juárez, Chihuahua, mientras que el resto se destina al mercado local en Lerdo y localidades cercanas. La flor de muerto es vista no solo como un negocio, sino también como una tradición arraigada que se ha transmitido a lo largo de las generaciones.
El cuidado de estas plantas es minucioso, y el ciclo que va desde la siembra hasta la cosecha es seguido con atención por las familias. Regada cada 8 a 10 días con agua de noria, la tradición de sembrar flor de muerto ha perdurado por más de 35 años en algunas familias, siguiendo una herencia que se remonta a padres y abuelos.
La flor de muerto no solo se ve como un cultivo que aporta beneficios económicos, sino como un ritual que agrega color y belleza a los cementerios en el Día de Muertos. La producción de esta flor no solo enriquece económicamente a las familias campesinas, sino también a toda la comunidad, que se alegra cada año cuando comienza la cosecha.