El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, emprendió un viaje esta tarde hacia Acapulco, Guerrero, con el objetivo de supervisar los estragos dejados por el huracán Otis a su paso por las costas del Océano Pacífico. El mandatario fue entrevistado por medios locales en el kilómetro 320 de la autopista del Sol, ubicado en el municipio de Tierra Colorada, Guerrero, donde explicó su intención de trasladarse hasta el puerto para conocer de primera mano la magnitud de los daños provocados por el ciclón.
López Obrador compartió con los medios: «Todavía no tenemos datos, vamos para allá». Su compromiso con la situación en Acapulco es evidente, y expresó su determinación de tomar medidas inmediatas. «Vamos a dejar maquinaria, el Ejército llevará maquinaria, comunicaciones y transporte, y buscaremos que se reabra lo más pronto posible», agregó.
El Presidente salió de Palacio Nacional esta mañana y recibió un informe detallado del gabinete de seguridad antes de emprender su camino hacia Guerrero. Se espera que se reúna con funcionarios federales y locales en la base naval del puerto. Le acompañan en este viaje el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval; el de Marina, Rafael Ojeda; la secretaria de Seguridad, Rosa Icela Rodríguez, y Laura Velázquez, coordinadora de Protección Civil.
Acapulco, uno de los destinos turísticos más emblemáticos de México, muestra un paisaje desolador después del paso de ‘Otis’. Calles llenas de escombros, árboles caídos, ventanas rotas y señalamientos arrancados de sus postes. Los pobladores se encuentran desmotivados y las consecuencias de este poderoso huracán son evidentes en toda la ciudad.
