Estado

Limpia en el PRI, por verse

Tiempo de opinar

Raúl Hernández Moreno

Después de la derrota del 5 de junio, hubo priistas que frente al dolor de no haber ganado, exigieron una limpia al interior del partido, para expulsar a los “traidores”. El mismo argumento se escuchó en el 2013, cuando se perdió la alcaldía, y un año antes, cuando se perdió la diputación federal.

Ni en el 2012, ni en el 2013, ni tres meses después del 5 de junio del 2016, se ha dado una purga en el PRI. Y es que hasta ahora, las quejas y reclamos por la derrota se dejan escuchar en un suave murmullo que pocos alcanzan a percibir. El tono de estas quejas es imperceptible para los líderes priistas.

Cuando Benjamín Galván impuso como dirigente del PRI a Enrique Reséndez, los únicos que protestaron fueron Jesús Valdez y Daniel Peña. Los demás nada dijeron por la imposición de un dirigente que hasta ese momento nunca había ido a votar en ninguna elección. Hubo quien ante las quejas de Daniel Peña, quien alertó sobre el riesgo de que al frente del PRI estuviera un hombre sin experiencia política, y advirtió que Benjamín Galván se estaba equivocando, dijo: “Déjenlo que se equivoque, los que han sido alcaldes han tomado decisiones similares. Ahora le corresponde a Benjamín tomar una decisión que puede ser equivocada”. La equivocación fue grave, pues se perdió la diputación federal en el 2012.

El PRI no ha expulsado a nadie desde el 2012 a la fecha, pero eso sí decenas de militantes, tanto de a pie, como otros que han destacado en la administración pública, arropados por el tricolor, se han salido del partido, sin dar aviso. Resulta increíble que el único que formalizó su renuncia al PRI, hace tres años, mediante un escrito, haya sido Luis Lauro García Treviño. Los demás se fueron sin avisarle a nadie. Les faltó decencia, ese valor del que todo mundo habla, pero pocos practican.

Actualmente al interior del PRI se cocina la expulsión de por lo menos una docena de sus militantes. Una docena, en un universo de miles y miles de militantes, es poca cosa, pero al menos sería un avance de que hay interés en limpiar la casa.

Claro, habrá que ver si estas expulsiones se apegan a los estatutos del partido, no vaya a ser que se repita lo que paso en julio en la CNOP, cuando la comisión municipal de honor y justicia decretó la expulsión de seis secretarios generales de organizaciones de comerciantes y en respuesta la dirigencia estatal envió a un delegado que desconoció a Benjamín García Marín y se aventó la puntada de decir que no tenía nombramiento. Pero después apareció el nombramiento, autorizado por el dirigente estatal, Efraín de León León y con vencimiento en el 2017.

Los tiempos políticos han cambiado. Desde el 2014 existe una Ley General de Partidos Políticos a la cual pueden recurrir los militantes a los que se violen sus derechos políticos. Los partidos tienen que sujetarse a lo que ordena esta ley, no pueden actuar de manera impune, violentando sus propios estatutos, por eso se freno el caso García Marín, al menos de manera temporal.

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