El 2021 apenas llega a la mitad pero ya ha fijado un lugar en la historia de Nuevo Laredo como uno de los más drásticos en materia de contingencias.
Los hechos han dejado en evidencia que el gobierno Municipal no está preparado para atender desafíos de esta magnitud, pues en cada una de ellas, principalmente durante la helada y tromba, la ciudad permaneció sin el servicio de agua potable tras las lluvias y vientos durante más de 40 horas, en algunos sectores hasta más de una semana.
CIUDAD CONGELADA
Este año ya había heredado la pandemia que arreció en 2020, pero un 15 de febrero la ciudad estaba por vivir una sorpresiva contingencia, pues el termómetro descendió a -7 grados con sensación de -15, e incluso en algunos sectores de la periferia era una sensación menor.
Esto dejó paralizados los cuatro puntos cardinales en la ciudad.
La carretera Nacional cerró su circulación debido al pavimento congelado, incluso automovilistas quedaron atrapados, se registraron apagones lo que provocó un caos, pues servicios como el agua potable estuvo suspendida por más de 24 horas, lo que se reflejó en una escasez de agua, las gasolineras dejaron de operar debido a la falta de energía eléctrica, así como algunos negocios no permitían el pago con tarjeta ante la falla de sistemas, el servicio de telefonía igual.
MEGAINCENDIO
El 17 de marzo al mediodía desde cualquier rincón de la ciudad se podía apreciar una densa columna de humo que emanaba del poniente de la ciudad; se trataba de uno de los incendios más drásticos que haya experimentado la ciudad y que evidenció las consecuencias de no proveer del equipo suficiente y adecuado a los Bomberos y Protección Civil, pues más de 500 autos en cuatro yonkes ubicados en la Carretera Aeropuerto y Río Verde se consumieron sin que los elementos de rescate apoyados por decenas de ciudadanos, pudieran detenerlo.
LA TROMBA
Pero no sólo la helada y un megaincendio, que evidenció las carencias de la Dirección de Protección Civil y Bomberos, serían parte de las contingencias que vivieran los ciudadanos, en mayo 17, lluvias y vientos superiores a los 150 kilómetros durante casi una hora, devastaron la ciudad entera, una fuerte tromba ha dejado a Nuevo Laredo, a más de 30 días, todavía con estragos.
Cientos de árboles derribados, arrancados de raíz, algunos cayeron sobre los techos de viviendas, panorámicos sobre negocios y autos, centros comerciales con ventanales rotos.
Más de 100 escuelas que a más de 30 días siguen reconstruyéndose, en su mayoría con el apoyo de los padres de familia, en limpieza, esperando que el seguro de daños sea válido. Empresas y hoteles siguen con daños a pesar del tiempo, mientras que las autoridades siguen sin brindar o cuantificar los daños que ocasionó la tromba que será inolvidable para muchos neolaredenses, del 17 de mayo del año en curso.
