Por Oscar Díaz Salazar
Como lo señala el dicho del tiempo de tronar cuetes y el tiempo de recoger varas, a Francisco N le llegó el tiempo de recoger, aunque no varas, sino huevos.
En esta semana, el ex gobernador texano difundió un video en el que aparece recogiendo huevos (blanquillos) dentro de un gallinero. Quienes lo conocen, dicen que Cabeza de Vaca disfruta realmente la vida campirana.
De mucho tiempo libre dispone ahora Francisco N, luego de tronar hartos cuetes durante un sexenio en el que fue protagonista principal de la vida política en Tamaulipas.
Quienes fueron sus cercanos, y que le deben fama y fortuna, ya no lo frecuentan, ya no lo visitan, y más bien lo evaden.
Los mismos que antes “mataban” (en sentido metafórico) por una entrevista, un acuerdo, una reunión o un simple saludo del titular del Poder Ejecutivo de Tamaulipas, hoy se niegan a contestar la llamada telefónica y recurren a mil pretextos para no acudir a su llamado.
Francisco, como el Coronel de García Márquez, no tiene quien le escriba, no tiene quien lo visite, no tiene quien lo escuche.
Me reportan que solo el Cacharro Cantú lo sigue frecuentando… y seguirá fiel hasta la última quincena, mientras le dure el gusto de ser presidente del PAN y de percibir el salario correspondiente.
En la soledad, Francisco N tendrá tiempo de reconocer a los que son sus amigos y a los que lo fueron del cargo que por seis años desempeñó.
Tendrá tiempo de reflexionar sobre los agravios que hizo a políticos, empresarios, funcionarios y ciudadanos.
