Estado

Bofetada de Peña a Egidio…y a los tamaulipecos

segunda bofetada
Por: Mauricio Fernández Díaz
*¿Los Tamaulipecos debemos pagar las pifias del Gobernador Sr. Presidente?
*La danza de los viejitos enfermos liderada por alguien que jamás supo llevar el compás

Los tamaulipecos seguimos pagando los errores políticos cometidos por el Gobernador de Tamaulipas Egidio Torre Cantú.
El desprecio del Ejecutivo Federal hacia el gobernante se ha visto reflejado en sus visitas a la entidad, en las cuales ha sido mas

la simulación que la acción, más la retórica de Osorio Chong y el mismo Peña Nieto que el apoyo real, práctico y eficaz.
Si bien el Presidente inundó de soldados, marinos, armas y balas al estado, se le olvidó un detalle; el rescate de un Estado no se logra militarizándolo solamente, sino brindando el apoyo suficiente para lograr cambiar el entorno que propicia el crecimiento y la expansión delincuencial.

Cuando fue a rescatar Michoacán, llevó en sus alforjas, además de la presencia militar y un comisionado, nada menos que obras y programas por 45 mil 500 millones de pesos. Con ese recurso multimillonario se pueden generar fuentes de empleo, iluminar bastamente comunidades y municipios, invertir en complejos deportivos, cultura y educación, factores que, conjuntamente con el combate a fondo a la delincuencia, traen consigo la estabilidad de un estado.

Lo mismo sucedió cuando fue a rescatar a Guerrero; el presupuesto anunciado fue del orden de 30 mil millones de pesos…para el rescate de Guerrero

Dicho plan Incluyo obras como el desarrollo logístico e industrial del Puerto Balsas, la Autopista Intercostera y la modernización del Puerto de Acapulco.

En sus dos visitas a Tamaulipas, Peña Nieto ha cacheteado diplomáticamente al Gobernador al venir con las bolsas vacías, sin un plan integral de rescate y sin que se vea la mínima preocupación por inyectarle los tan necesarios recursos económicos a un estado al borde del colapso.

Muchas armas, muchos militares, mucha fuerza bélica es necesaria; sin embargo, sin el apoyo financiero es completamente insuficiente; tal vez sirva para dar un golpe de estado eficaz, quirúrgico; quizá sea la estrategia idónea para maniatar y marginar a un gobernante incómodo. Pero no sirve cuando se trata de la salvación de un estado, de llevar esperanza y confianza a sus ciudadanos, a la sociedad que clama a gritos apoyo para salir de la parálisis causada por quienes dicen que gobiernan.
Un estadista verdadero no debe dirimir sus diferencias con sus adversarios utilizando como arena de batalla al pueblo que nada le ha hecho, que nada le debe.

Abofetear, estrangular política y económicamente al Gobernador no es válido cuando es la ciudadanía la que realmente sufre y paga culpas no cometidas.

Si el encono es contra Egidio Torre Cantú, que proceda de la manera que mejor le parezca; a final de cuentas las opciones del ejecutivo para castigar a un Gobernador al que considera traidor e inepto, corrupto y cobarde son muchas.

Lo que no se vale es llevarse entre sus enconos, pleitos y ambiciones a todo un estado, dejarlo sumido en la miseria, el desempleo, la inseguridad, la corrupción y todas las plagas que lo azotan.

Si la causa por la cual no ha traído en sus visitas a Tamaulipas recursos económicos se debe a la desconfianza de que sean desviados, robados o simplemente mal empleados, la solución es simple; que limpie de arriba hacia abajo la ´podredumbre.

Con seguridad, el pueblo estaría dispuesto a un cambio de gobernante, inclusive de gabinete si con eso se garantiza un rescate integral, no solo militar.

O si el Gobernador sabe que por su causa Tamaulipas está castigado y aun así sigue aferrándose a no dejar las migajas de poder que le han dejado, debe saber que al final deberá de hacerlo, en medio del escarnio popular.
Pedir licencia ahora sería casi digno, y el pueblo se lo agradecería; la otra opción es la que le dieron a Fausto Vallejo.

Egidio, sufre los estragos de firmar con el diablo por el amor del poder.

Se le ve viejo y sin aliados políticos, mientras el “CO” le continúa poniendo lumbre en su ya de por sí accidentado camino.

La suerte parece echada para el gobernador.

Pero Egidio hace caso omiso. Se olvida de su enorme responsabilidadcon millones de tamaulipecos y, a lo mucho, pública comunicados que saben ya a rancio, a enfermo.

Como el gobernador.

Como el estado.

Desafortunadamente la penitencia va para todos. Para los que votaron y para los que no por alguien creyendo que el llevar los genes y la sangre de su hermano lo haría similar en sentimientos; Tarde se han dado cuenta de que pudo más su ambición política que su responsabilidad con su sociedad; para el partido que lo apoyo y para su mismo hermano.

Tamaulipas baila ya la danza de los viejitos enfermos liderada por alguien que no supo, jamás aprendió a llevar el compás necesario.

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