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2020: MENOS DINERO Y MÁS VIOLENCIA

«Se oyen los lamentos por doquier», así dice la canción del «Jibarito» Hernández en su Lamento Borincano que narra la crisis y desolación que vive Borinquen, así se llamaba antes a la Isla de Puerto Rico. El tema viene al caso, porque en estos tiempos de crisis recurrentes en la que vive el país, a donde vayas, y donde te pares, todos se lamentan y se quejan de la economía, de la violencia desatada y de la falta de oportunidades laborales. 

Todos se lamentan, y todos se la «mientan» a los gobiernos de los tres noveles que hacen poco o nada para sacar del atolladero a este país, que en el ultimo año tuvo un crecimiento de cero en su economía. 

«Pero esto no es nada para lo que viene. El 2020, será peor, aunque el gobierno federal haya anunciado un programa de infraestructura de más de 800 mil millones de pesos, que vendrían a inyectarle dinamismo a la economía», dicen los analistas.

El optimismo sólo existe en la burbuja del gobierno federal, pues en los Estados, los gobernadores están pensando en serio abandonar el Pacto Federal tras el maltrato que están recibiendo de la federación en el reparto de los dineros. En los municipios, los alcaldes, viven en la chilla: no hay obras, nos hay programas sociales y las recaudaciones se cayeron porque la gente no tiene dinero para pagar ni siquiera los prediales. 

Las expectativas son de terror. De acuerdo a información de primera mano, muchos ayuntamientos de Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y San Luis Potosi, tienen previsto declararse en bancario rota, luego de conocer la aprobación del presupuesto federal que no les alcanzará a llegar ni un centavo.

El tema financiero en el sector público es bastante delicado, y no se diga en la iniciativa privada que tiene pronósticos económicos aterradores para las empresas. Nunca como se había tenido un panorama tan sombrío, como ahora. 

¿Qué hacer ante este escenario desolador?, preguntan muchos, y la respuesta es Nada: Solo esperar que los genios de las finanzas públicas, se les ocurra algo para que los lamentos dejen de ser una expresión popular.

El asunto negativo en lo económico, y la desbordamiento de la violencia, ya no es culpa de este gobierno federal que llegó y prometió un bienestar social y acabar con la inseguridad en menos de doce meses. Los gobiernos están rebasados y lo más delicado es que no hallan la fórmula para solucionarlos.

2019, está por ser considerado como el más complejo para los gobiernos en sus tres niveles y para la población en todos los ámbitos. Ni en las grandes crisis económicas del país de 1976, de 1982 y de 1995, donde todas las empresas tronaron y el gobierno colapsó se había experimentado un desencanto social y político como ahora. Tampoco, el inicio de un nuevo año había pintado tan negro como esta vez.

2020, en lo económico, dicen los analistas, será austero, de recortes, de despidos, de inversión cero y tocar fondo. En el asunto de la inseguridad, la tendencia sigue a la alza, luego que la estrategias contra el crimen, no cambiará en nada, por tanto, seguiremos igual o peor en este renglón. 

Sin dinero y con mucha violencia, todo hace creer que seguiremos escuchando «los lamentos por doquirer

Fuente: Expreso.press

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