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Caso Robles: la sangre llama

No es delito la portación prohibida de tía o sobrino, pero el parentesco de Felipe de Jesús Delgadillo Padierna con la morenista vicepresidente de la Cámara de Diputados rebasa la consanguineidad y alcanza rango de camaradería política, como se vio en el sañoso trato que dio este juez a la ex secretaria Rosario Robles.

Esposa de René Bejarano, protagonista de los videoescándalos en que se le vio empacar decenas de fajos de billetes, Dolores Padierna siempre ha responsabilizado a su ex correligionaria (militaban en el PRD) de la caída en desgracia de su marido por haberle presentado al corruptor Carlos Ahumada.

La dimensión de su rencor se antoja equiparable al poder que perdió la pareja, sumida en el desprestigio con todo y su corriente (Izquierda Democrática Nacional), ya que Bejarano era entonces coordinador de la mayoría perredista en la otrora Asamblea Legislativa del Distrito Federal, luego de haber sido, como secretario particular, el hombre de mayor confianza del entonces jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador.

Todo indica que la animadversión a Robles de la tía la hizo suya el polijuez que, teniendo a la mano una docena o más de medidas cautelares, aplicó la extrema: no siendo delito grave por el que se acusa a Rosario y teniendo ésta derecho a sortear su proceso en libertad, ordenó que la encarcelaran para dizque asegurar que no se fugara. La festiva reacción de Dolores fue inmediata: “Llegó el momento de la justicia. Tarde pero llegó”, dijo, porque “recuperar los recursos robados con la maquinación de la estafa maestra será el trabajo principal de la Cámara de Diputados” (falso, ya que el eventual rescate de dinero es responsabilidad de las autoridades fiscales y hacendarias).

Entrevistada por El Universal, la legisladora fue más allá del caso penal: “Ella se quiere poner así, como chiva expiatoria, y como lo dijo René, pues es chiva pero no expiatoria…». Aludió así a lo que Robles significa para López Obrador, y que se refiere al sacrificio de quien paga culpas ajenas. Más aún, la diputada respaldó la mentira de la «joyita» que celebró su sobrino: “Ella misma está señalando que sí informó al presidente de la República en turno; que el anterior secretario de Desarrollo Social lo supo y que ambos, en lugar de aplicar justicia o pedir que se investigara el tema o se sancionara, lo que hicieron fue despedir a los investigadores de la Auditoría Superior de la Federación, lo cual solapa el delito.

Entonces se tiene que abrir esa línea de investigación también. Yo no estoy acusando, pero se tiene que investigar esa línea”. O sea, exactamente lo mismo que Delgadillo Padierna, tergiversando los dichos de la acusada, se atrevió sugerir a la Fiscalía. Reconocido el sobrinato (Felipe de Jesús es hijo de una hermana de Dolores), el verdugo debió excusarse de juzgar el caso, como es de esperar que resuelva el Consejo de la Judicatura Federal.

cmarin@milenio.com

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